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Los cerebros de campaña del PRO confían hace años en el poder de las redes sociales. El partido se esforzó siempre en popularizar a sus principales dirigentes en ese medio con el convencimiento de que repercutiría en sus adhesiones. Quienes están detrás de esa estrategia contaron hoy una victoria en la batalla por Facebook: su líder lidera la carrera de fans en esa plataforma.

Mauricio Macri rompió la barrera de los dos millones de seguidores en su fanpage. Supera así con comodidad a Cristina Kirchner (1.690.000), y a sus dos principales contendientes de cara a las  presidenciales Daniel Scioli (1.100.000) y Sergio Massa (685.000). Elisa Carrió y Ernesto Sanz, contendientes suyos en el frente Cambiemos, tienen 281.000 y 173.000 respectivamente.

"Hace un rato el número de amigos de mi Facebook alcanzó los 2.000.000 de personas. No lo estoy contando para alardear, sino para agradecer tanto apoyo. Gracias a esto, cada día cientos de miles de personas, con frecuencia más de un millón, leen lo que publico en Facebook y opinan libremente en los comentarios, o expresan sus emociones poniendo", exhibió en su perfil.

Macri suele utilizar su Facebook para hacer públicas cartas, charlas con vecinos de la Ciudad -en campaña electoral, prolongó ese uso a ciudadanos de otras localidades- y publicar fotos, algunas de su familia. Según estimaciones de su equipo, el alcance de los sus posts llegan cada semana a 10 millones de argentinos, con picos de 12 millones.


Prensa PRO
El jefe de Gobierno intensifica por estos días sus horas dedicadas a la campaña. Este viernes visitó la ciudad de Bahía Blanca, en donde llamó a decir "basta de resignación y miedo", "Hagamos un cambio de valores y un gobierno que escuche dialogue y rinda cuentas, que respete los poderes independientes, como la justicia y la libertad de expresión; que no persiga ni a Juan Pérez ni a Mirtha Legrand porque piensen distinto", dijo.

"El Frente para la Victoria se está poniendo nervioso, porque se viene el cambio y sienten miedo de perder el poder. Ellos quieren discutir símbolos y no la realidad que estamos viviendo", aseguró.