Ante un nutrido público que se congregó para ser partícipe de la apertura de la 12º Bienal de Arte Joven, organizada por la UNL y la FUL, “Virtmia”, la puesta de Proyecto Emigrante, dirigida por Nicolás Frontuto, fue la anfitriona en la explanada del Rectorado. Con un gran despliegue técnico que implicó andamios, arneses, música en vivo y una media esfera gigante montada con patas donde se hacían las proyecciones de videomapping, la fachada del edificio se convirtió en escenario.
Así, se recreaba una habitación gótica, donde un inventor probaba su nueva máquina, asistido por una muñeca de madera (Lucila Gunno que se destacó por su caracterización y el despliegue de teatro en altura) y una continua relación con las imágenes que se sucedían en la esfera. Con una estética futurista, con mucho de ciencia ficción y fantasía, gran despliegue de luces y sonidos, fue la invitación a vivir los nueve días con el arte joven.
Cerca de las 22 se abrieron las puertas para recorrer pasillos, patios y hall con la muestra de visuales que incluyen fotografías, pinturas, esculturas e instalaciones y para esperar el recital de la banda rosarina Cielo Razzo.
Tocar el cielo
La temperatura fría de la primera noche de la Bienal se apaciguó frente al calor humano fruto de la multitud que se congregó y apropió del Patio de la Reforma de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UNL. Es que estaba todo listo para que Cielo Razzo, una de las bandas más importantes de la escena nacional, inaugure el escenario central de este encuentro.
Con una puntualidad casi impropia del género, se produjo el arribo a las tablas del quinteto que integran Pablo Pino (voz), Cristian Narváez (bajo), Diego Almirón y Fernando Aime (guitarras), y Javier Robledo (batería y coros). La bienvenida no tardó en llegar y al unísono del primer riff rockero el público se encendió haciendo flamear trapos por el aire, dando indicios de que la noche se teñiría de un color festivo.
Así, la lista de temas que resume sus más de 20 años de carrera en la escena musical empezó a transitar: “Disfraz”, “Chapa y bandera” y “Cochico”, son los tres elegidos para el arranque. Luego sigue un himno “Quién baja la pala”, de su disco “Buenas” (2001), y ahí todo estalla, el público fiel y seguidor no duda en encender el pogo. Más tarde, los fanáticos de la banda pudieron disfrutar las canciones que son parte último disco como “El bobo y el payaso”, “Alcalina” y “Ventana”, el primer corte oficial de “Tierra Nueva” (2015).
Mediando la noche sube al escenario Rodrigo “el negro” Gonzáles, recibido como un amigo de la casa, interpreta junto a la banda “Ojos”. Llega el turno de “Qué sé yo”, canción que deja aún más felices a los presentes. “Qué linda facultad tienen”, dice el líder del grupo y le pone voz a las canciones que empiezan a cerrar la noche: “Estrella”, “Furia” y “Tus pasos”.
Llegando hacia el final de la jornada este combo rosarino, con mucho power, se empieza a despedir con una seguidilla de clásicos que hicieron cantar, saltar y gritar al viento a los cientos de espectadores. Así, en la última parte del show sonaron los hits “Posdata”, “Marea”, “Luna” y un bonus track: “Perseguido”, que puso punto final a la noche. “Santa Fe, muchísimas gracias. Gracias hermanos”, saludó la banda a un público que quedó en ebullición.