Polideportivo - Tenis

Viernes 10 de Febrero de 2017 - 09:28 hs

Federico Coria: lo que significó su hermano Guillermo, la vida en los torneos chicos y sus sueños

"Yo la tuve que remar más de lo esperado", cuenta el hermano menor de Guillermo Coria; a los 24 años, busca progresar en el tour profesional a la vez que juega torneos por dinero en Europa

La semana pasada se dio uno de esos gustos que acaso no esperaba: compartir varios días de prácticas y convivencia con el equipo argentino de Copa Davis. Federico Coria fue el 'sparring' de la formación albiceleste contra Italia por la primera rueda del Grupo Mundial. Es rosarino, tiene 24 años, está 247° en el ranking, y es uno de los hermanos menores de Guillermo Coria , que llegó a ser número 3 del mundo, que hoy tiene 35 años pero se alejó del tenis profesional hace casi una década. Una figura enorme, que se convirtió en referente en más de un aspecto de su vida. "De chico, me costó mucho. Más que mi hermano, siempre fue mi ídolo", reconoce Federico, que este fin de semana jugará la qualy del Argentina Open en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.


-¿Cómo te sentiste cuando te llamaron para ser parte del equipo de la Copa Davis, aun como sparring?

-Es una motivación muy importante para mi carrera. A mí me llega en un momento bueno. Me produjo una emoción. Para mí, junto con el hecho de jugar el Mundial Sub 14, es lo más groso que me pasó. Quizás para afuera no tiene tanta importancia ser sparring, pero acá me trataron como un jugador más. Pude ver cómo trabajan los jugadores, la linda presión que tienen por jugar, la expectativa que se genera, jugar de local. Yo voy a estar siempre agradecido.


-Hace años que la venís peleando en el circuito de futures y challengers.

-Yo soy parte de una camada que era muy buena, todos nacidos en 1992. Con Schwartzman, Velotti, Kicker, Collarini, Argüello, en Sub 12 y Sub 14 los partidos eran guerras. Después, por fortaleza mental o maduración, algunos subieron más rápido. Yo la tuve que remar más de lo esperado, ahora voy a tratar de asentarme en los challengers, ver cómo estoy. No me quejo, entendí que a cada uno le llega en su momento. He madurado, me he tranquilizado y entendí que hay que ganar hoy para jugar bien mañana. Yo mucho tiempo fui atrás de la idea de jugar lindo, pero un tenista siente eso pocas veces al año, estaba confundido de lo que es jugar lindo.


-¿Cuánto te ayudó y cuánto pesó el hecho de ser hermano de Coria?

-De chico me costó mucho. Crecí viéndolo por la televisión. Más que mi hermano siempre fue mi ídolo. Él venía muy pocas veces a mi casa y era todo lo que yo quería ser, lo veía que ganaba casi todas las semanas. Me hubiese gustado tenerlo más en casa, pero se dio así. Después, cuando empecé a jugar al tenis, la gente que se acercaba a los clubes donde me tocaba ir, o los organizadores de los torneos, esperaban ver a mi hermano, y no a mí; yo tenía 14 o 15 años y mi hermano estaba en la cima, se hacía complicado levantar la cabeza dentro de la cancha; las notas me las hacían a mí si ganaba o perdía, y no a mi rival. En lo personal era complicado ser el hermano de alguien tan popular. Después, cuando uno crece, da vuelta la historia, y vas entendiendo que todo es positivo. A veces la gente es un poco cruel y te hace agachar la cabeza, te compara de mala forma, y eso lo hace a uno un poco tímido, le va bajando un poco la autoestima, pero cuando crecés te importa menos la opinión de otros. Luego mi hermano dejó de jugar; yo hubiese dado cualquier cosa por compartir algún torneo con mi hermano, algún dobles, con alguna invitación especial, porque la edad nos alcanzaba para jugar juntos; incluso ahora, mi hermano tiene casi 35 y yo tengo 24. mirá, siempre se mencionó lo de la mochila, pero estar en cualquier lado, en un pueblito perdido del mundo, y que me pregunten si yo soy el hermano de Coria, es algo que antes podía molestarme y ahora me llena de orgullo. Es muy loco estar en algún aeropuerto con el pasaporte y que te pregunten si sos el hermano de Guillermo mucho tiempo después que él dejó de jugar, que se acuerden por la magia que tenía.

-¿Alguna vez te aconsejó?

-El mensaje que siempre me dejó es que lo deje todo para estar tranquilo mañana, con la idea de que lo intenté, y que no deje nada adentro porque el tiempo no vuelve para atrás; dar todo en cada entrenamiento y disfrutar, el mismo mensaje que me dio mi familia, que juegue y que también salga con mis amigos, porque se pueden hacer las dos cosas.

-¿En algún momento no disfrutaste del tenis?

-Mucho tiempo, no supe tener la inteligencia para darme cuenta de que soy un privilegiado, aunque económicamente no sea así. Mirá, un futbolista que es el 250° del mundo está salvado, él y su familia, y en el tenis no es así, se hace muy complicado. Tener deudas, que no te alcance el dinero para salvar los gastos de la gira, no poder pagarle a tu coach o al cuerpo técnico. En Italia llegué a final de singles y semifinal de dobles de un torneo, y después que me descontaron el impuesto, cobré 600 euros por toda la semana. Fuera de eso, disfruto mucho del resto, hago lo que quiero hacer, viajo por el mundo y surgen experiencias como estar en la Copa Davis, cosas que no voy a olvidar.


"Me hubiera encantado poder jugar juntos un dobles con Federico y que mis hijos y sobrinos nos vean desde la tribuna, pero lo veo ya casi imposible que pueda llegar a pasar"
Guillermo Coria
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-Pero podrías haber contado con apoyo económico familiar.

-La gente que me conoce sabe que a la mayoría de los torneos voy solo, que voy a casas de familia para ahorrarme el hotel, porque mis compañeros hacen lo mismo. Volviendo al tema de ser el hermano de Coria: aprendí que a mí me tocó eso, que es buenísimo, pero a otros les tocó que el padre los presione para ganar, o que el sponsor que te paga los viajes te exija resultados. Ahí pienso: "qué bol. que soy, yo me quejo porque la gente me compara con mi hermano y a otro el padre lo reta porque no gana". Después, quiero ganarme las cosas por lo que hago yo, aunque sé que mi familia nunca me va a dejar sin nada. A nosotros nos toca jugar interclubes y perder algunas semanas del calendario, jugar torneos por plata. Esa forma de rebuscártela te hace más aguerrido, que es algo que distingue a los sudamericanos. Yo voy a los interclubes en Alemania y en Suiza todos los años. En Francia jugué un torneo por dinero, y en un día gané 500 euros, que es lo mismo que obtengo en uno profesional si juego durante toda la semana. Toca remarla, es así, no te podés volver de la gira de un día para el otro.

-Tenés 24 años, que en otro momento era estar en la mitad de la carrera de un tenista, y ahora hay muchos que recién empiezan a meterse. ¿Eso te ilusiona?

-Cuando arranqué, a los 14, era distinto, es así. El otro día veíamos que Schwartzman es el segundo jugador del ranking de la categoría 1992, después de Tomic. Aparecieron varios jóvenes con buena proyección, como Kyrgios, Zverev, Coric, pero el promedio de edad del circuito se fue para arriba, y eso te da un poco de aire para pensar que se puede.

Recuerdos de Guillermo

"Tengo muchos recuerdos de mi hermano jugando en la central del Buenos Aires; jugó una sola Copa Davis como local, contra Berdych [en 2005]. Me hubiera gustado ser un poco más grande para tener dimensión de lo que estaba pasando. Yo estaba embobado con mi hermano, y por eso decía lo de Juan Martín, es como ver a alguien que me produce las mismas sensaciones. Lo de Del Potro es la película perfecta, porque tuvo la gloria, cayó por lesiones y tocó la gloria de nuevo. De mi hermano tengo muchísimos recuerdos, de cómo lo vivía la gente, cómo se llenaba la cancha cuando jugaban él, Gaudio, Nalbandian."

La conexión Del Potro

"Juan Martín del Potro es muy groso, tuve la suerte de conocerlo en una cena el martes, y tiene una energía tremenda, es una persona especial; a mí me sorprendió la humildad, lo bien que se expresó, y lo que habló sobre la unión del grupo. Para mí, Del Potro es una de las mejores cosas que le pasaron al tenis argentino, porque además de la Copa Davis, que fue algo grupal, también nos dio dos medallas olímpicas, que fueron muy grosas. Un poco me hizo acordar a mi hermano. tuvo un bache por las lesiones, intentó volver y no podía, la remó y la luchó. Eso sí, en el juego son distintos: Delpo tiene un tenis muy agresivo y Guille tenía que correr y luchar, tenía que estar tres horas en la cancha y correr como un perro, y Delpo con la derecha y el saque que tiene se acomoda enseguida."

Fuente: La Nación