Para identificar si un alimento está o no en mal estado no basta con dejarse llevar por el olfato o por el gusto, puede que en ocasiones el alimento en cuestión sepa bien y huela bien, pero, sin embargo, esté infectado por alguna bacteria o microorganismo.
La fecha de caducidad siempre es un plus. Este dato es clave y puede ser muy intuitivo para determinar si el alimentos está o no en mal estado. Si ha superado la ficha indicada en el envase, es mejor descartar el alimento, aunque parezca que esté en buen estado, es posible que haya sufrido algún deterioro.
Tené en cuenta estas claves para saber si los alimentos que vas a consumir están en buenas o en malas condiciones:
- Los huevos
En el caso de los huevos, si están conservados en la heladea, y anteriormente no han sufrido ningún cambio de temperatura brusco o se encuentran en las condiciones de higiene más óptimas y adecuadas, pueden durar hasta dos meses, sin ningún problema. De lo contrario, es muy fácil que sufran variaciones, entre otras cosas porque su cáscara es muy porosa y pueden entrar bacterias con facilidad.
¿Cómo saber si un huevo se encuentra en mal estado? Por ejemplo, si al romperlo su olor es malo; si la yema se encuentra muy endeble; si en un vaso de agua el huevo no se hunde; o si la yema cuenta con colores que poco tienen que ver con los amarillos y los naranjas.
- La carne y el pescado congelado
Congelar la carne y el pescado es algo muy común, siempre y cuando esté bien congelado y la temperatura del congelador no sufra variaciones.
Si los alimentos llevan demasiado tiempo, habrán perdido la mayor parte de sus propiedades, pero comerlos no supondrá un problema para la salud.
Si un paquete de carne o pescado olvidado en el congelador al descongelarlo no huele bien, debés desecharlo inmediatamente.
- Los alimentos fermentados
Por ejemplo, en el caso de la leche o la manteca, si se encuentran en mal estado será bastante perceptible por el olor agrio, y también porque la caseína (principal proteína en los lácteos) se hará más visible de lo normal. El yogur y el queso fresco, en cuanto tenga un sabor excesivamente ácido, será mejor desecharlos.
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- Las latas o los tarros en conserva
Es imprescindible no consumir latas o tarros en conserva que se han quedado abiertos durante días. Y si las latas están cerradas, es conveniente fijarse en su fecha de caducidad y cerciorarse de que no tiene ningún tipo de golpe, ya que es posible que haya afectado, también al interior. Además, si al abrirla hay espuma o mal olor, es seguro que estará en mal estado.