A diario se hace uso constante de la voz, pero rara vez las personas se detienen a pensar en los cuidados que requiere la salud vocal y cómo se pueden prevenir las patologías que la afectan. Por eso, desde 1999 la Federación Internacional de Sociedades de Otorrinolaringología instauró que cada 16 de abril se celebre el Día Mundial de la Voz, difundiendo así la necesidad de su cuidado.
En la provincia son pocos los ciudadanos que acuden a profesionales en la materia para llevar un control de su salud vocal. La mayoría de las consultas provienen de personas cuyas profesiones llevan a que tengan una exigencia superior a la normal, como docentes, locutores o vendedores.
Sin embargo, suelen darse algunas excepciones. “Aunque el grueso de la población no hace consultas, en el sector público solemos atender a amas de casa, niños y adolescentes que llegan con disfonías”, explica Andrea Fernández Ansaldi, fonoaudióloga y titular del programa Voz Prevenís.
La disfonía se da cuando se presenta una alteración de las cualidades de la voz, ya sea por una patología funcional (hiatus o reflujo) u orgánica (nódulos y pólipos). Se detecta cuando “la voz se escucha áspera, muy soplada o con ronquera, y se distingue de la afonía porque en esta última no se puede emitir la voz”, detalla la especialista.
Cuando la disfonía se mantiene por más de 15 días, es recomendable consultar al otorrinolaringólogo (ORL), quien analizará al paciente determinando si es necesario realizar estudios específicos para dar con el diagnóstico y derivando al fonoaudiólogo para el tratamiento adecuado.
Para el resto de los casos, aún sin tener síntomas, se aconseja consultar al especialista una vez al año, como prevención. Lo ideal es incorporar la visita a los chequeos generales anuales.
Sobre este punto, Alejandro Corradini, médico ORL del hospital Notti, informa que el diagnóstico se hace a partir de una “rinofibroscopía y se complementa con otros estudios, dependiendo de cada paciente”. Esto es igual en niños y adultos.
Causas
Entre los factores que pueden llegar a provocar disfonía se encuentran algunos que son más típicos en Mendoza. Sandra Pionetti, fonoaudióloga, brinda detalles al respecto: “Esta es una zona de alergias, por lo que en primavera y otoño aumentan las consultas. Además, llegan pacientes con hipotiroidismo, que es más común en mujeres”, precisa.
Después de un resfrío o una patología con un fuerte cuadro de tos es normal que los pacientes presenten irritación en el tejido de las cuerdas vocales.
Sin embargo, hay otra causa que se mantiene a lo largo del año y que cada vez se posiciona más. “El reflujo está azotando a la población debido a los horarios para alimentarse y a la comida chatarra”, agrega Pionetti. Inclusive, hay niños pequeños que presentan una voz gruesa como consecuencia del mismo.
Cabe aclarar que el estrés, tan común en estos días, puede llevar al reflujo. En ocasiones, el ácido no se siente como un síntoma, pero igual quema y daña las cuerdas vocales.
No obstante, hay factores que tienen que ver con el mal uso o abuso de la voz. “Hoy vivimos alterados y eso lleva a que las personas hablen fuerte, que es una alteración en el manejo d ella intensidad de la misma (volumen). Nos hemos acostumbrado a gritar y eso se transmite de padres a hijos. A la larga, eso puede desencadenar una patología”, explica Fernández Ansaldi.
Es más, en los últimos años se ha detectado un incremento de casos de disfonía en niños, que tienen como causa principal los gritos. “Esto depende del ámbito en el que cada niño esté inserto. Si van a cursos donde son muchos los alumnos, tienden a gritar más para hacerse sentir sobre el resto”, asegura el ORL.
El tabaquismo impacta en todo el sistema respiratorio y afecta también la laringe. Por eso, más allá de la recomendación lógica de dejar de fumar, los especialistas sugieren hidratarse en forma constante.
Corradini es claro al decir que “la disfonía arranca siempre con un mal uso de la voz y es después que aparece la lesión”, agregando que “la base de hablar bien tiene que ver con la respiración” por lo que “todos los elementos que la afectan van a repercutir en la voz”.
Es más, asegura que “quienes consumen mucho mate y/o café tienen un temperamento más nervioso y eso también está conectado”.
Tratamiento
En principio, una vez detectada la causa de la disfonía, el objetivo primario es corregirla. “Hay que ir directo a la raíz, porque de nada sirve corregir la patología si después se vuelve a hacer lo mismo que la provocó, ya que reaparecerá. Por eso es fundamental educar al paciente para que cambie el patrón vocal que lo llevó a eso”, insiste la titular de Voz Prevenís.
“El otorrino debe atacar las causas que la generaron y las fonoaudiólogas trabajar en corregir los malos hábitos respiratorios que la afectan. Mientras más tiempo lleve el paciente respirando mal, más difícil será corregirlo”, expresa Corradini. En cuanto a los niños, el especialista señala que “antes de llevarlos a la fonoaudióloga hay que ver el temperamento y los hábitos del chico”, que son los que repercuten en la voz.
El tratamiento fonoaudiológico se basa, principalmente, en ejercicios que llevan a corregir los malos hábitos respiratorios y contribuyen a una mejor colocación de la voz. “La laringe funciona en un tono medio que en cada persona es diferente. Si salís de ese rango tonal seguramente vas a tener fatiga vocal y eso termina desencadenando una patología”, manifiesta Fernández Ansaldi.
Por su parte, Pionetti asegura que “si el paciente realiza a diario la ejercitación que se le da, y con una visita al consultorio por semana, en 2 o 3 meses se pueden corregir las lesiones". Claro está, si la complejidad de las mismas es mayor, los plazos tienden a extenderse. La importancia de tratar las patologías que afectan la voz radica en las complicaciones que pueden acarrear a largo plazo. No sólo porque “los tejidos se van deteriorando” sino porque “pueden llegar hasta un cáncer de laringe”, advierte Pionetti.