Un coma etílico es un estado grave de pérdida de la consciencia como resultado de una intoxicación aguda por alcohol. El mayor peligro de este estado es el riesgo de depresión del los centros respiratorios con muerte por asfixia.
Los centros respiratorios son núcleos neuronales ubicados en el tronco del encéfalo. Por medio de un complejo sistema de circuitos mantienen y regulan la respiración. El alcohol a dosis muy elevadas, al igual que otras muchas drogas depresoras, hacen que estos centros dejen de funcionar. Existe riesgo de coma etílico cuando una persona sobrepasa los 3 gramos de alcohol por litro de sangre.
Cómo actúar en caso de coma etílico
- Ante cualquier duda, avisar a los Servicios de Emergencias. Si no se sabe con exactitud si está inconsciente o no, pero ha ingerido grandes cantidades de alcohol, si empieza a “estar ausente” es aconsejable avisar.
- Si la persona está inconsciente, en primer lugar, trasladarla a un lugar seguro.
- Aunque parezca obvio, debemos asegurarnos de si se encuentra consciente o no. Para ello, puede llamar a la persona por su nombre, se puede zarandear con suavidad… De esta forma se comprueba si responde o no a los estímulos.
- Igualmente, hay que asegurarse de si la persona continúa respirando o no, y evitar la hipotermia.
- Tumbar a la persona de lado, o, en otras palabras, colocarla en posición lateral de seguridad. De este modo, si la persona vomita, no existe riesgo de ahogamiento.
Qué no hacer
Aunque es una creencia muy extendida, nunca se debe provocar el vómito a una persona inconsciente. Tampoco se debe hacer en los casos en los que, sin estar inconsciente, la persona no está lúcida. Existe un alto riesgo de que, al vomitar, parte del contenido pase a las vías respiratorias, provocando asfixia o neumonía.
Tampoco se debe bañar a la persona en agua fría.
Nunca debe quemarse o “hacer daño” a la persona. Se puede comprobar si responde a los estímulos mediante técnicas como presionar las uñas o pellizcando el esternocleidomastoideo. Aun así, es importante recordar que antes se la debe intentar despertar llamándola por su nombre o zarandeándola suavemente.