Según los expertos, la edad apropiada depende de varios factores que deben analizarse en cada caso particular, entre ellos: qué tan preparado está el pequeño para comprender su uso como una herramienta de comunicación para una necesidad concreta, y no como un juguete, y si sabe cuidarlo adecuadamente para evitar posibles robos o que se rompa.
"Si bien las etapas madurativas no son exactas, se dan dentro de un rango. Por eso se puede decir que en el inicio de la escolaridad, es decir, cuando el niño tiene que enfrentarse a la integración institucional por primera vez, y se separa de su círculo primario, podría comenzar a comprender cómo usar el celular para mantenerse comunicado con sus familiares, así como en épocas anteriores, se le enseñaba a usar el teléfono ante una emergencia", explica la Dra. Elena Scherb, Directora la Licenciatura en Psicología de Fundación UADE. Enrique Carrier, de la consultora Carrier & Asociados, comenta que, en líneas generales, en la Argentina a los hijos se les entrega el primer teléfono cuando empiezan a andar solos por la calle.
En promedio, los pequeños reciben su primer dispositivo inteligente alrededor de los 10 años auque la edad más adecuada es a partir de los 12 años y casi siempre es provocado para evitar un rechazo social y quedar incomunicados por la entrada de WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea más utilizado a partir de esa edad.
¿Qué riesgos existen?
El aparato no es un problema como tal. Lo problemático son ciertos hábitos y contenidos que conlleva el dispositivo, para lo cual, como padres, debemos mantener la alerta máxima. Veamos algunos:
- Mal manejo de la intimidad: El sexting es uno de los problemas que se puede presentar; también se pueden tener problemas por publicar información privada o muy comprometedora en las redes sociales.
- Incomunicación: suena contradictorio y hasta extraño, pero así como el celular facilita la comunicación en ocasiones puede generar todo lo contrario cuando los niños no tienen normas como no usarlo en la mesa cuando se cena en familia o dejarlo a un lado cuando se pasa tiempo con los padres, hermanos, familiares y amigos.
- Poco descanso: cuando no existen normas claras el niño puede permanecer hasta altas horas de la noche “pegado” al aparato lo que genera poco descanso, malos hábitos de alimentación y sueño. Este fenómeno se conoce como “vamping”.
Algunos datos a tener en cuenta
- Dejar de lado y apagar el celular cuando lleguen a casa. Es importante que los niños sepan que una vez entran a casa se debe vivir al máximo el tiempo con la familia. Apagarlo, además, les evita ansiedad por esperar que los llamen o mirar si les llegó un nuevo mensaje.
- La privacidad es una lección que debemos enseñarles. Es bueno que los niños sepan proteger su intimidad y privacidad evitando publicar contenido inadecuado propio o de otra persona.
- El ejemplo que podamos darles juega un papel fundamental. Es el mejor maestro: no le pidamos a nuestros hijos lo que no somos capaces de hacer. Cuando lleguemos a casa apaguemos el aparato y dejemos la oficina atrás.