Aquella primera e inolvidable edición se largó a las 10 desde la bajada de lanchas del Club de Regatas Santa Fe, bajo la denominación oficial de "Maratón Náutica del Litoral Argentino". El recorrido, que era muy similar al que aún hoy desandan los nadadores, cubría 58 kilómetros.
En principio, fueron 10 los competidores que habían inscripto sus nombres, pero al final sólo 8 concluyeron la prueba. Ellos fueron el mismo Larriera, Syder Guiscardo, Manuel Garay, Ernesto Picos, Jorge Mezzadra, Horacio Barbich, Dermidio Cabral López y Pablo Gutiérrez Mazza (uruguayo, único deportista extranjero). Los holandeses Mary Cok y Herman Willemse habían comprometido su viaje a nuestro país, pero no lograron el permiso.
Además del premio en dinero, llamaba la atención la cantidad de presentes que se entregaron. La copa Gobernador de la Provincia; la copa Municipalidad de Santa Fe; la copa Comuna de Coronda; la copa Gasparotti Hnos.; plaqueta de oro Edimar; medalla de oro Ovidio Lagos; y un premio especial Tool Research.
El titular del domingo 22 de enero anunciaba que "Carlos Larriera ganó la maratón náutica". La cobertura del enviado especial fue describiendo la competencia paso por paso y anunció la llegada del vencedor a las 18.30, tras 8 horas exactas de carrera, en medio de una bulliciosa concurrencia.
Detrás del gallardo ganador se ubicaron el marplatense Syder Guiscardo (a 4 minutos 1 segundo), el bonaerense Jorge Mezzadra (a 18.05), el uruguayo Gutiérrez Mazza (a 56.43) y el porteño Ernesto Picos (a 1 hora, 11 minutos y 32 segundos).
No dejó dudas
Como para evacuar todas las dudas acerca de su capacidad natatoria, física y aeróbica, Larriera repitió la hazaña un año después en las aguas del Río Coronda. Pero en esta oportunidad ya era mayor la cantidad de competidores que llegaron hasta nuestra región, incluyendo varios extranjeros. Entre ellos, la danesa Greta Andersen, que visitó nuestra redacción el 8 de enero de 1962.
El maratón, que comenzaba el domingo 14 de enero a las 8.30 otra vez en Regatas (esta vez con 18 competidores), fue cubierta por varios medios desde yates, lanchas y hasta de un avión, que seguía las alternativas desde las alturas. Esta vez, sin embargo, algo difería de la edición anterior: se nadarían 61 kilómetros, lo que la convertía en la más larga del mundo.
La misma Andersen, sumada a su compatriota Helge Jensen y al italiano Fulvio Bergamini, le confirieron un claro tinte internacional a la carrera, que tuvo como principales animadores al santafesino ganador y a la danesa.
La edición del lunes 15 de enero destacó la gran superioridad que mostró Larriera, y el enorme estoicismo evidenciado por Greta Andersen, quien superó serios inconvenientes físicos y anímicos para clasificar segunda. De hecho, un recuadro difundido aquel día marcaba "la ética deportiva de Larriera, quien detuvo su marcha para animar a Andersen, que quiso abandonar la prueba". Un día después, se iba a relevar el almuerzo en casa del ganador que compartió la nadadora, demostrando la caballerosidad deportiva que reinaba en aquellos años.
La clasificación final reveló que la competencia fue extremadamente lenta, ya que quien se impuso logró una marca de 11 horas y 28 minutos. Después llegaron Andersen con 11.41; Estanislao Gifuni con 12.15; Helge Jensen con 12.40 y Syder Guiscardo con 12.47. Estos tiempos se deben a la escasa altura del río, que en aquella semana marcaba 2,77 metros, lo que se potenció con el fuerte viento sur que sopló el día del maratón. La organización calculó que había 25.000 personas sólo en la costanera corondina.