El Alzheimer se engloba dentro del ámbito de las demencias. Si bien se considera la más frecuente, y algunas estadísticas llegan a darle hasta el 60% de preponderancia, no es la única.
El Alzheimer se caracteriza por alterar la memoria episódica, que es aquella autobiográfica, es decir, la que posee los recuerdos de la historia personal de cada individuo. Diferente es la memoria semántica, que es la que se encuentra más asentada, por ejemplo, uno sabe que la capital de Francia es París, pero no recuerda cómo ni donde lo aprendió.
Habitualmente, luego de alterarse la memoria episódica, se altera la memoria a corto plazo, para luego sumarse algún otra área como la atención o el lenguaje, dependiendo del estadio evolutivo en el que se encuentre el paciente.
En esta enfermedad, uno de los factores que más influyen es la edad. El Alzheimer generalmente aparece en personas mayores de 60 años, y uno sabe que en ese período de la vida hay alteraciones de tipo existenciales, en donde uno cambia sus metas, o se producen situaciones de reacomodamiento a tu nuevo rol social, y a su vez, es posible que se agreguen otras enfermedades neurológicas como el Parkinson.
Es por ello que es fundamental hacer un diagnóstico apropiado, porque ponerle el sello del Alzheimer a una persona es bastante delicado. Esta patología actualmente es progresiva e irreversible, por lo que el arsenal terapéutico está muy limitado. Lo que los médicos podemos hacer es tratar de enlentecer el progreso de la enfermedad, pero áun no tiene cura.
En el segmento sobre neurociencias el doctor Hugo Valderrama, neurólogo y master en Neurociencias explicó cuáles son los primeros síntomas de la enfermedad y cuáles son las confusiones que se pueden dar mientras avanza la enfermedad.