"Mucha gente no tiene idea de lo que grande que es esto .... esto es gigantesco. Serán el país más rico del hemisferio y potencialmente el país rico del mundo". Quien habla es el embajador de Estados Unidos, Perry Holloway, en Guyana, en concreto, un pequeño país en América del Sur; el segundo país más pobre de la región.
¿De qué habla Holloway? Del gigantesco descubrimiento de reservas petroleras frente a las costas de Guyana, que convertirán a este país de "Cenicienta a reina".
Guyana, el único país angloparlante de América del Sur, descubrió una reservas de petróleo tan enormes, que hacia el 2025 se estima, según Perry, que su PBI "subirá entre un 300% y un 1.000%".
Suena exagerado decir que entonces será el país más rico del mundo, pero si se tiene en cuenta que su población es de apenas 750 mil habitantes, en términos per cápita, la riqueza de Guyana saldrá catapultada a la estratósfera.
ExxonMobil, el principal operador en Guyana, anunció el descubrimiento de más de 5.500 millones de barriles de petróleo, en aguas del Atlántico.
El dinero ciertamente vendrá bien, destaca la BBC. Esta ex colonia británica tiene altos índices de desempleo y pobreza.
La maldición del petróleo
Guyana debería mirar las lecciones del pasado para no cometer errores. El descubrimiento de grandes reservas de petróleo en países en desarrollo exacerbó la corrupción existente, lo que llevó a que las nuevas riquezas petroleras terminaran robadas y desperdiciadas. Algo que ya pasó a llamarse la "maldición del petróleo". Con ver a Venezuela alcanza para comprender el fenómeno.
Y ademas en Guyana la "corrupción es rampante", dice a la BBC Troy Thomas, director de la sede local de la ONG Transparency International.
A Thomas le preocupa la maldición del petróleo. Y una crisis política reciente tal vez sea muestra temprana de los signos del efecto de esta maldición.