El clásico rosarino del domingo entre Central y Newell's, por la sexta fecha de la Superliga Argentina de Fútbol, aparece como el más pensado de los últimos 50 años, una situación propiciada por el apremio que sufren ambos en la tabla de promedios para el descenso a la Primera Nacional.
Ese objetivo, el de sumar para ir escapando de las últimas posiciones, parece prevalecer más que la rivalidad histórica, aunque en este caso ganar es también hundir al otro, y eso también juega.
Hace 50 años, el domingo 16 de noviembre de 1969, Central y Newell's empataron sin goles en el viejo estadio del barrio de Arroyito, a tres fechas del final del Reclasificatorio, y los "canallas" se salvarían del descenso en la penúltima fecha y los "rojinegros" en la última.
En el partido de ida habían empatado en dos goles en el viejo estadio del Parque Independencia y el de vuelta lo jugaron en Arroyito, en una cancha llena de charcos, barro y aserrín para taparlos, como se acostumbraba hasta la década del 80.
En Central atajaba Carlos Biasutto, quien le sacó un tiro libre al uruguayo Abayubá Ibáñez, y en Newell`s lo hacía Toriani, que en el final salvó un cabezazo del "Coco" Pascuttini, que pegó luego en el travesaño, luego de un córner de "Hijitus" Gómez, según recordó el diario La Capital.
Esta mañana la ciudad amaneció con la noticia de que unos hinchas "canallas" que bajaron de un auto le prendieron fuego anoche a un mural de la Escuela de Fútbol de Newell`s Malvinas, del barrio Echesortu, que justamente los chicos habían pintado para homenajear a los héroes de esa gesta, informó el veterano Julio Más a Télam.
"Esta vez fueron hinchas de Central, otras fueron de Newell`s, pero los que hacen esto no son hinchas, son inadaptados sociales. Tratemos de parar la pelota y de disfrutar el clásico que nos pone locos una semana o dos. Yo soy hincha de Newell`s, pero antes soy argentino", declaró Más, dirigente del Centro de Combatientes de Malvinas de Rosario.
A diferencia de los clásicos anteriores, en los que la semana previa era jalonada por quemadas de pintadas y atentados contra las subsedes o tiendas de ambos equipos, este fue el primer ataque y muestra el estado de tensión y, sobre todo, de preocupación que viven los hinchas de ambos clubes, mucho más preocupados por el punto con el que pueden mejorar el promedio que por la gloria del triunfo sobre el rival de toda la vida, como hace medio siglo.
Tanto Central como Newell`s jugarán el clásico dirigidos por entrenadores foráneos y con equipos integrados casi totalmente por jugadores de afuera, en una situación atípica en otras épocas, en las que ambos eran dirigidos por hombres del club y nutrían a sus formaciones con jugadores de las inferiores y sólo contrataban un par de refuerzos.
A priori en Central sólo jugaría el arquero y capitán Jeremías Ledesma como jugador del club entre los titulares y para hallar a otro hay que buscar al pibe Joaquín Pereyra en el banco de suplentes.
Y en Newell`s pasará algo similar porque entre los titulares sólo aparecerán como jugadores del club el experimentado delantero y capitán Maximiliano Rodríguez, quien con 38 años será el jugador "rojinegro" con más clásicos, junto a sus primos Denis y Alexis Rodríguez.
En tanto, el lateral derecho Facundo Nadalín y el volante ofensivo Mauro Formica, los otros dos titulares del club, se pierden el clásico por lesión.
Por primera vez después de nueve años este domingo jugarán las reservas como preliminar, en una decisión saludable, pero los jugadores de Newell`s deberán retirarse del Gigante de Arroyito después de jugar el partido porque los responsables del operativo de seguridad no pueden garantizarles la integridad en el estadio durante el clásico de primera, en otra pequeña gran muestra de cómo se vive el derby en esta ciudad de "pobres corazones", como canta el "canalla" Fito Páez.