La Corte Suprema de Brasil resolvió ayer por seis votos contra cinco, que la prisión de un condenado en segunda instancia es inconstitucional, fallando en contrario de una jurisprudencia de 2016 y dejando así la puerta abierta para la liberación del ex presidente Lula Da Silva.
Esta decisión puede permitir que miles de presos, entre ellos muchos vinculados la Lava Jato, puedan recuperar su libertad, al menos hasta que no haya una sentencia definitiva.
La decisión, que llegó tras un complejo juicio, se contrapone con lo establecido en 2016, que determinaba que un condenado en segunda instancia ya podía ser encarcelado, aún cuando hubieran apelaciones a tribunales superiores.
Ahora la Corte resolvió que una pena de prisión sólo podrá ejecutarse cuando acabe todo el proceso de apelaciones y en el caso de Lula, que está condenado a ocho años, tiene pendiente la apelación presentada ante la misma Corte Suprema.
La votación había quedado empatada 5 a 5, con lo cual la responsabilidad del desempate recayó en el presidente del tribunal, José Antonio Dias Toffoli, que se decidió por lo que finalmente se resolvió.
Lo que viene a continuación es el examen de 4.895 casos, entre los cuales hay 38 condenados de la investigación Lava Jato, que descubrió una trama de corrupción en Petrobras, además del ex presidente.
En diálogo con El Cuarto Poder, el analista político Claudio Fantini dijo que esta decisión "puede llegar a generar un gran cambio en el escenario, porque Lula en la calle va a hacer política".
Además, Fantini vaticinó que el expresidente no va a limitar la acción política a Brasil, sino podría que trasladarse a casos como el de Cristina Kirchner en Argentina o Ecuador, cuya Corte Nacional ratificó en las últimas horas la prisión preventiva para Rafael Correa.