El tiempo y el dinero aparecen como dos grandes trabas a la hora de cambiar hábitos alimenticios. Pero existen otras dos cuestiones importantes que pueden ayudar a lograrlo sin gastar muchas horas ni mucho efectivo: la organización y la planificación.
Planificar la compra de la verdulería pensando en qué cocinar esa semana, eligiendo frutas y verduras de estación, permitirá hacer una buena y ahorrativa adquisición. Por otro lado, muchas veces en el supermercado se eligen alimentos que ya vienen listos para consumir. Si bien permiten ahorrar tiempo, suelen ser mucho más caros no sólo en cuanto a lo económico, sino también para la salud ya que aportan mucha energía que vienen de grasas y azúcares, además de sodio y conservantes por demás.
Según la Lic. Melany Carlovich, (MN 8102), nutricionista de Crenyf, es clave organizar la semana y en base a eso mejorar la alimentación, sin que suponga un estrés o un problema. La especialista brindó algunos consejos que pueden ayudar a una mejor organización:
- Ir al supermercado con una lista. Armarla mirando la heladera y alacena para comprar las cosas que realmente son necesarias.
- Evitar ir al supermercado luego de muchas horas sin comer y con hambre, ya que eso genera que uno se llene de tentaciones que difícilmente puedas evitar comprar.
- Tener una casa segura, no comprar galletitas, snacks, bebidas azucaradas en exceso. Se pueden consumir pero que sea en alguna ocasión especial. En su lugar, comprar frutas, verduras y productos naturales.
- Elegir frutas y verduras de estación. Suelen estar más baratas y su vida útil es más larga.
- Lavar bien y cortar la fruta y la verdura. Guardarla en la heladera lista para consumir, así estará disponible en todo momento. Si no se consumirán en el día, y son para consumir en la semana elegir las que están un poco más inmaduras así duran un poco más.
- Visitar el mayorista y comprar en cantidad las cosas que se consumen con más frecuencia (no comprar muchos productos de consumo esporádico para evitar su desperdicio).
- Elegir alimentos versátiles. Es decir, aquellos que puedan ser combinados de más de una forma para hacer diferentes comidas. Por ejemplo, si se compra un zapallo grande: se puede hervir, guardar en la heladera y luego consumirlo en tartas, ensaladas, puré, soufflé, darle un golpe de horno y hacer milanesas, medallones, calabaza rellena. Por otra parte, el arroz se puede consumir como guarnición hacer diferentes salteados, timbales, etcétera. Las legumbres, en ensalada, guisos, hamburguesas.
- Cuando se tenga un rato para cocinar, hay que aprovecharlo al máximo. Cocinar porciones de más y guardarlas en un envase contenedor para la vianda del mediodía. Aprovechar que se va a estar en la cocina y dejar cocinando algo que no requiera el 100% de la atención Por ejemplo, colocar una carne en el horno, hervir verduras, legumbres, arroz. Si se precisa cortar o picar un alimento para una comida específica, cortar un poco de más y guardarlo en bandejitas en el freezer.
- Guardar en la heladera lo que se vaya a consumir esa semana y, el resto (siempre que se pueda), en el freezer.
- Armar un menú semanal/mensual. No es necesario cumplirlo al pie de la letra pero ayudará a aprovechar mejor el tiempo y los ingredientes que estén listos para cocinar. Elegir recetas fáciles y prácticas para no desmotivarse.