El próximo 15 de febrero se cumplen dos años del asesinato de Vanesa Castillo, la maestra que fue atacada a la salida de su jornada laboral en la escuela nº 533 Victoriano Montes de Alto Verde por Juan Ramón Cano, un ex alumno del establecimiento que la hirió repetidas veces con un arma blanca.
Luego del homicidio, Cano fue detenido y espera en prisión preventiva el comienzo del juicio oral y público. Tanto la fiscalía como la querella solicitaron la pena de prisión perpetua para el investiga como autor material del hecho, calificado como homicidio agravado por violencia de género y alevosía.
Pero paralelamente a esto, la fiscalía tiene la hipótesis de que hubo otra persona que instigó el crimen de la maestra.
Por LT10, la abogada de la familia, Carolina Walker, precisó que "desde el primer momento solicitamos al fiscal Marchi una serie de diligencias que tienen que ver con esta hipótesis del involucramiento de Vanesa en un caso de abuso infantil, en el acompañamiento desde su función docente, a una niña de 11 años que había sido abusada y estaba embarazada".
"En ese momento, Vanesa no recibió el acompañamiento necesario y todos los elementos que tenemos nos llevan a pensar que había sido un crimen relacionado a este caso. Lamentablemente, la justicia no investigó como es debido", expresó.
En tanto, aguardando la próxima etapa en el proceso judicial, la familia de Vanesa aún trata de superar el duro golpe y contiene a su hija cuyo único sostén en la vida era la maestra. "La vida nos cambió rotundamente, en mi familia reina la tristeza", dijo Silvia Castillo, hermana de Vanesa, en su visita a los estudios de LT10.
Desde el asesinato de Vanesa, y como tantos familiares que buscan incansablemente justicia ante los crímenes más duros, Silvia dejó todo y se cargó al hombro la investigación: "Renuncié a todo para acompañar a mi sobrina y ocuparme de esto que lleva mucho tiempo. Hay que ponerle mucha cabeza para que no te ninguneen en este tipo de investigaciones".
Es que Silvia sabe que, hasta que no haya una condena, ni Sara ni el resto de la familia podrán comenzar a sanar las heridas que dejó la ausencia de Vanesa y seguir adelante. "Su hija me dice que nunca más va a ser feliz, pero yo le digo que con el tiempo le van a pasar cosas que le van a restar protagonismo a la tragedia y va a tener la posibilidad de ser feliz", confió.