Una enfermera llamada Mari Asselborn que trabaja en el Hospital Cullen vivió una situación muy desagradable durante el fin de semana en su vivienda, ubicada en Santo Tomé, cuando fue amenazada anónimamente por sus vecinos.
El sábado por la mañana, cuando sacó a su perro a la vereda se encontró con un cartel que la amenazaba por su trabajo y le exigía que se vaya del mismo a vivir a otro lado.
Ante esta situación, realizó una denuncia por redes sociales y se contactó con dos concejales del PRO de Santo Tomé para que la ayuden.
Al otro día, se encontró con otro cartel que reiteraba las amenazas y le hacía saber que estaba siendo ayudada por políticos.
“No soy la única enfermera y trabajador de la salud que fue amenazado en estos últimos días. Los trabajadores de la salud no merecemos esto. Yo el domingo me fui a dormir a lo de unos amigos con mi hija porque tenía miedo. Duelen mucho estas amenazas a los que estamos en la primera trinchera contra el Coronavirus”, remarcó.