El primer ministro francés, Édouard Philippe, brindó hoy nuevos detalles del desconfinamiento "progresivo" que comenzará el próximo 11 de mayo en una Francia "dividida en dos", donde el ritmo de la desescalada variará según la clasificación verde o roja de cada departamento.
Tras casi dos meses de cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus, las condiciones sanitarias están dadas en Francia para iniciar el próximo lunes la salida paulatina del confinamiento, según ratificó hoy el premier en una conferencia de prensa junto a su gabinete.
Sin embargo, el levantamiento de las restricciones se hará a dos velocidades en una Francia "dividida en dos", con las cuatro regiones del noreste del país -Altos de Francia, Región Parisina, Gran Este y Borgoña- y el archipiélago de Mayotte, en el océano Índico, clasificados en rojo, ya sea por la incidencia de la Covid-19 o por su capacidad sanitaria para enfrentar el brote.
En esta zona, que concentra un 40% de la población del país, el desconfinamiento será más severo: "no abrirán los colegios secundarios, ni los parques ni los jardines", explicó Philippe, citado por el vespertino Le Monde.
"Es un proceso muy progresivo, al mínimo durante varias semanas, para salir lentamente pero con seguridad del confinamiento en Francia", argumentó.
La situación será reexaminada por el gobierno el próximo 2 de junio y, según su evolución, se pasará a una nueva fase de desescalada o se volverá al confinamiento.
Édouard Philippe, primer ministro francés.
Con casi 138.000 infectados y 25.987 muertos, Francia es el cuarto país más golpeado por el nuevo coronavirus en Europa.
Si bien el primer ministro consideró que el impacto de la Covid-19 se ha reducido en las últimas semanas, con una tendencia a la baja sostenida en el número de muertes, insistió en mantener la prudencia y apeló a la responsabilidad ciudadana.
"El desconfinamiento progresivo no tiene que hacernos bajar nuestro nivel de vigilancia", alertó.
También hizo un llamamiento particular a las personas vulnerables, a quienes aseguró que no se les limitarán los movimientos por ley, pero les pidió extremar la prudencia.
En tanto, continuarán confinadas las personas mayores que viven en residencias, advirtió, por su parte, el ministro de Salud, Olivier Véran.
Pese a estos llamados a la cautela, el Ejecutivo consideró imprescindible recuperar progresivamente la vida económica del país siguiendo la estrategia ya develada: con test masivos a todo paciente que presente síntomas y a las personas con las que haya tenido contacto.
En total, alrededor de 400.000 empresas y comercios -que representan unos 875.000 empleados- reabrirán sus puertas el lunes, al igual que los centros comerciales de más de 40.000 metros cuadrados, salvo en la Región Parisina.
"Es la vida social y económica que podrá relanzarse", dijo el ministro de Economía, Bruno Le Maire, aunque precisó que los bares y restaurantes deberán esperar al menos otras tres semanas.
También reabrirán más del 80% de las escuelas del país para acoger a un millón de alumnos y a unos 130.000 maestros, aunque también con medidas de control estrictas y con menos de 15 niños por clase.
En tanto, el uso de tapabocas será obligatorio en el transporte público, que en la Región Parisina estará además reservado en hora pico a los trabajadores esenciales o autorizados por sus empleadores.
Durante esta primera fase, estarán también prohibidas las reuniones de más de diez personas en todo el territorio, a la vez que se mantiene la recomendación de higiene y distancia social y se propone limitar los desplazamientos.