Brian, confeso hincha de Colón, se dio el lujo de defender la camiseta sangre y luto. Pero esa ilusión se convirtió en un camino difícil de recorrer para el futbolista. La semana previa a la vuelta a la competencia Fernández se ausentó de los entrenamientos y dejó de frecuentar los lugares habituales. El Sabalero viajó a Santiago del Estero para enfrentar a Central Córdoba, mientras su incorporación más rutilante era buscada incluso por la policía, luego de una denuncia de la familia para ubicar su paradero. Esa tarde apareció horas antes del partido y en declaraciones públicas afirmó que desde su llegada a Santa Fe vivió en la casa de un amigo y estar amenazado. "El lunes vuelvo a entrenar", aseguró.
Brian Fernández jugó sus primeros 31 minutos con la camiseta de Colón el 2 de febrero en el Estadio Brigadier Estanislao López. Reemplazó a Wilson Morelo en la derrota con Banfield. Dos días después volvió a ausentarse de los entrenamientos y fue separado del plantel. El delantero contó que le apuntaron con un revolver en la cabeza para robarle. El 6 de febrero desde el club tomaron la decisión de poner el caso en manos de especialistas que ayudaran al jugador a superar sus problemas extrafutbolísticos. Aquel comunicado oficial del Sabalero cerraba con el deseo que “Brian vuelva a sonreír en un campo de juego”.
El futbolista comenzó un tratamiento que lo mantuvo alejado de las canchas. Estuvo bajo el cuidado de profesionales médicos y psicólogos, que acompañaron al santafesino a recuperarse y estar disponible para el entrenador de Colón. Incluso pudo concentrar frente a Rosario Central en el debut en la Copa Superliga. Su tratamiento siguió en el Hotel de Campo de Colón hasta hace algunas semanas que se le permitió volver con su familia.
Mientras tanto Brian entrena en casa dejó un mensaje para su hermano, Leandro, que no seguirá en Independiente. El jugador sabalero subió una foto trucada donde colocó la cara de su hermano sobre otro futolista sabalero y lo mencionó.