No son Armstrong, Aldrin o Collins, pero ahora mismo Bob Behnken and Doug Hurley deben sentirse un poco así: hacía mucho que dos astronautas no recibían tal atención. El motivo —el lanzamiento de la Crew Dragon en unas horas— no parece demasiado especial, sobre todo cuando hace décadas que existen misiones espaciales tripuladas.
Lo cierto es que lo es. No tanto para el resto del mundo pero sí para Estados Unidos, que si todo sale bien podrá dejar de depender de las cápsulas rusas Soyuz y por fin dará paso definitivo a una era de misiones espaciales con cohetes reutilizables como los Falcon 9 o los espectaculares Starship. Unos viajes que además podrían salirle espacialmente rentables al abrir la puerta al turismo espacial.
Un importante paso más en el camino a la Luna (y a Marte)
Algo así no se consigue de la noche a la mañana: Elon Musk creó SpaceX en 2002 con el ambicioso objetivo de poner algún día a un hombre en Marte. O a muchos. Esa empresa fue logrando hitos notables que acabaron convirtiéndola en "socia" de la NASA (junto a Boeing, que tuvo un tropiezo reciente) a la hora de plantear el futuro de las misiones espaciales en los Estados Unidos.
La evolución de SpaceX ha sido desde luego espectacular. Hace ya más de cuatro años que vimos cómo un Falcon 9 de SpaceX lograba despegar y luego aterrizar suavemente con éxito. Esa capacidad planteaba un ansiado punto de inflexión y lograba por fin ofrecer cohetes reutilizables que abaratarán de forma notable el coste de las misiones espaciales.
Ahora esos cohetes serán usados para llevar la cápsula Crew Dragon a la Estación Espacial Internacional (ISS, por International Space Station), algo que es un logro muy especial para SpaceX y la NASA.
Hace casi una década que la NASA depende de las cápsulas y las plataformas de lanzamiento rusas y de su cápsula Soyuz para sus misiones espaciales tripuladas, pero con esta misión, que ahora promocionan con un trumpiano "Launch America", recuperan su independencia total.
Este lanzamiento forma parte del programa llamado Commercial Crew, que como explica la NASA convierte a la ISS en un elemento crítico "para comprender y superar los retos de un vuelo de larga duración como el que será necesario para el viaje a Marte".