Si bien todas las recetas se diferencian por su sabor, ingredientes y preparación, hay un paso que no suele faltar nunca. “Precalentar el horno”, esta frase aparece siempre que necesitamos usar el electrodoméstico. Y por figurar seguido suele pasar desapercibido. Sin embargo, esto no debe pasar ya que dejar pasar esta indicación puede arruinar por completo tu comida.
Este aparato logra hacer magia en la cocina. Desde deliciosos postres hasta exquisitas carnes. El sabor que se obtiene gracias a él es ideal. Pero para alcanzarlo, hay que saber utilizarlo. Entonces, ¿por qué es fundamental precalentar el horno?
La temperatura es un factor que interviene de manera directa al sabor de la comida. De esta manera, hay que controlarla como corresponde. Además, no sólo afecta al gusto sino también a la textura. Es por eso, que si no sabemos manejarlo puede que se nos queme la carne o la torta.
La importancia de precalentar el horno
Todo esto ocurre porque durante el proceso de horneado suceden reacciones químicas “como la expansión de aire, la humedad o las grasas”. Pero en caso de prender el horno a último momento y colocar un recipiente frío, las reacciones serán diferentes y la comida podrá sufrir graves consecuencias.
A la hora de cocinar carne, si no se precalienta el horno se corre riesgo de que se queme, salga excesivamente crocante por fuera y sin jugo por dentro.
La idea no es prender el horno cuando uno comience a cocinar, sino ser inteligente a la hora de calcular el tiempo. Se estima que toma entre 15 a 20 minutos que el aparato llegue a la temperatura que debe.
En diálogo con La Vanguardia, el chef de la escuela Eshob en Barcelona Luis Massanésel explicó: “Como la cocción en el horno es por concentración de esta manera conseguiremos perder menos jugos del alimento y evitar que nos quede seco. Si necesito cocinar a 180°, encenderé el horno y cuando llegue a esa temperatura, me avisará y entonces meteré la bandeja con la preparación, previamente engrasada”.