La histórica bajante que afecta al río Paraná trae varios inconvenientes, pero también genera oportunidades para la investigación de sus componentes y la posibilidad de hallar elementos que en otras condiciones sería imposible.
En este sentido desde la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) perforan el lecho de la Setúbal en busca de restos paleontológicos.
De esta manera, llevan a cabo distintas investigaciones que responden tanto al conocimiento básico como aplicado. “En esta bajante extraordinaria tenemos la oportunidad de hacer estudios que ordinariamente en los últimos 50 años no se podían realizar”, señaló por LT10 Carlos Ramonel geólogo e investigador al frente del equipo de trabajo.
De hecho, a principios del siglo pasado cuando se construyó el Puente Colgante y la traza del ferrocarril francés se extrajeron del “subsuelo lagunar” restos fósiles de una variada fauna extinta de mamíferos que habitaron la región. Como caballos y elefantes americanos, gliptodontes, entre otras especies.
La antigüedad de estos restos no se conocía y comenzaron a investigarse. “Sabemos hasta ahora como un dato puntual que la arena que contiene a esos fósiles tiene una antigüedad de 100 mil años o más”, explicó Ramonel.
Es por eso que los estudios tratan de arrojar más luz sobre estos patrimonios culturales. Además, se trata de una investigación inédita en la zona.
Otro de los objetivos de la investigación es “conocer la constitución más real del subsuelo lagunar y su entorno”.
Anteriormente se realizaron perforaciones en el marco de diversas obras. De hecho, antes de realizar los dragados, a los pozos que quedaron con sus márgenes delineados se les habían realizado sondeos de geotermia, “pero no desde una perspectiva integral que nos permita evaluar cuáles son los cambios ambientales que sucedieron en la región a lo largo de miles de años”, apuntó.
Los estudios anteriores tampoco permitieron conocer la distribución de los distintos materiales en el subsuelo que en contraposición con la homogeneidad de las llanuras, tienen una composición “bien variada”.
Trabajos en dos puntos
Por un lado, las perforaciones que comenzaron esta semana se realizan en el fondo lagunar de limos y arcillas frente al barrio El Pozo y el otro punto está cerca de la defensa de Colastiné Norte, zona conocida como paraíso 17.
La elección de estos lugares tiene que ver con el acceso y además el contar con información precedente “que sabíamos aproximadamente qué nos podíamos encontrar a determinadas profundidades”.
Además el sitio cerca de barrio el pozo tiene que ver con las cercanías a sitios fosilices.
El equipo espera continuar con los estudios el tiempo que dure la bajante.