Treinta años pasaron desde que la joven de 17 años, María Soledad Morales, fue encontrada violada y asesinada en Catamarca, y cuyo crimen motivó las "marchas del silencio" y derivó en la intervención de la provincia.
La adolescente fue vista con vida por última vez el 7 de septiembre de 1990 cuando fue a bailar a la elección de la reina del estudiante del colegio del Carmen en la capital catamarqueña. Tres días después, cerca de las 9.30, María Soledad fue encontrada violada y asesinada, con el cuerpo desfigurado y semidesnudo, por trabajadores de Vialidad, a la vera de la ruta 38, a seis kilómetros del centro de San Fernando del Valle de Catamarca.
El asesinato de María Soledad tuvo una amplia repercusión a nivel nacional y terminó con la renuncia del entonces gobernador de Catamarca, Ramón Saadi.
También motivó las "marchas del silencio" que organizaba la religiosa Martha Pelloni, rectora del colegio al que asistía María Soledad y terminó con la detención y posterior condena de Luis Tula y Guillermo Luque, hijo de un diputado nacional.
Luque tiene hoy 54 años, vive en pleno centro catamarqueño, tiene un hijo y se mantiene con las rentas de las propiedades que le dejó su familia.
Tula tiene 59 años, también vive en la zona céntrica de Catamarca, tiene dos hijos con su expareja, es abogado penalista tras estudiar en la cárcel y tiene un estudio jurídico ubicado en la calle Rivadavia al 800.
Por su parte, Ada, la madre de María Soledad, resaltó también un cambio en la justicia local y destacó la rapidez actual en relación al caso de su hija, en el cual participaron en la instrucción siete jueces y se realizaron dos juicios orales, porque el primero debió suspenderse por irregularidades.
"Como mamá de María Soledad yo no juzgo a toda la justicia, no puedo ser egoísta o mala, porque hay jueces probos, hay fiscales probos, hay abogados excelentes. Al igual que a la policía de Catamarca no puedo juzgarla para nada, porque acá los que encubrieron el caso fue el grupo que pertenecía al exjefe de la policía (Miguel Ángel Ferreyra)", afirmó.
Respecto a los dos hombres condenados por el crimen, Ada dijo que nunca más los volvió a ver, pero si se los cruzara "les diría que le fueran a pedir perdón" a su hija, "porque a ella la lastimaron, a ella fue a la que le hicieron de todo".
En diálogo con El Cuarto Poder, Luis Segura, uno de los abogados de la familia Morales aseguró que "después de 30 años, yo creo, sobre todo con el transcurso de los años, que si se hizo justicia. No toda la justicia porque eso no ocurre casi nunca".
Además, el letrado que ahora tiene 75 años rescató que se logró saber quienes fueron los responsables del crimen, al menos los principales, y que "estuvieron largos años privados de su libertad, vivieron una condena legal, individual y social, una condena civíl, cívica y una condena política. Mirá todas las cosas que produzco esto. Por supuesto que salimos para encontrar la verdad absoluta en esa época y encontramos cosas que causaron un efecto social y político en nuestra humilde provincia y también en las provincias, en el país e incluso en distintos países latinoamericanos".