En medio de las protestas de la policía bonaerense que elevaron la tensión en la puerta de la Residencia de Olivos, el presidente Alberto Fernández mandó a un grupo de colaboradores para hablar con los policías bonaerenses que se manifestaban en la puerta de la residencia oficial.
El mensaje que les hizo llegar el Presidente fue claro: "Entren a conversar", según confiaron fuentes oficiales, pero los efectivos lo rechazaron.
Cerca de las 17, el que salió por segunda vez a invitar a los uniformados a charlar fue el secretario general de la presidencia, Julio Vitobello, junto al vocero presidencial, Juan Pablo Biondi.
Sin embargo, la segunda invitación también fue rechazada. "No vamos a entrar, que salga el gobernador y el presidente a hablar con nosotros en la vereda. Nosotros no rasguñamos, que salgan a hablar acá", dijeron los uniformados en la entrada de la residencia presidencial.
Al mediodía y tras la primera invitación rechazada, cuando llegó a Quilmes, enojado por la falta de cooperación y la negativa para abrir el diálogo, el Presidente los había acusado de "esconderse" en los patrulleros. "Eso no se resuelve escondidos en patrulleros y tocando sirenas, eso se resuelve hablando frontalmente", lanzó el jefe del Estado.