Enfermeros de Neonatología del hospital José María Cullen denuncian que las autoridades del Ministerio de Salud ya tienen decidido cerrar ese servicio y convocan a un abrazo simbólico a ese efector el próximo martes a las 10:00.
El objetivo de la medida, dicen, sería utilizar la sala para instalar ocho camas destinadas a pacientes adultos de Traumatología, ante la potencial saturación de la terapia intensiva por la pandemia de coronavirus.
Así lo explicó a LT10 una de las trabajadoras, Mariela Espinoza, quien aclaró que la Maternidad seguirá funcionando. Ante esto, manifestó su preocupación por la situación de desprotección en la que quedarán los bebés que nazcan con alguna afección en ese nosocomio, y el enorme desarraigo al que serán sometidos sus progenitores.
"Un grupito pequeño de los enfermeros va a quedar en la Maternidad por los chicos que nazcan en paro o deprimidos, para poder colaborar con los médicos y trasladar a esos chicos de urgencia. Pero todo depende también de que la ambulancia del 107 esté disponible. Si no es así, los chicos corren riesgo de vida", advirtió. Asimismo, agregó que en el caso de que el traslado se dé con éxito, esos niños "van a quedar sin sus papás hasta que las madres estén en condiciones de poder ir al hospital Alassia", los primeros desprotegidos y solos, y los segundos con la angustia de tener a sus hijos recién nacidos en otro nosocomio.
Por otra parte, lamentó que en este proceso, todos los equipos de la Neo (incluidas las incubadoras) quedarán en un depósito, sin ninguna utilidad. Además, repudió "el manoseo" que están sufriendo como trabajadores.
Lo más lógico, evaluó Espinoza, sería que ambos servicios sean trasladados en conjunto a otro efector. "Con una Maternidad tiene que haber una Neo", recalcó.