Llegó octubre, e impensadamente, seguimos en un confinamiento producto de la pandemia por el coronavirus que trastocó toda la normalidad conocida.
Si bien hay muchas actividades que poco a poco lograron volver a funcionar, hay otras que todavía continúan en la virtualidad. Esta es la situación de la educación. Docentes y alumnos continúan teniendo un contacto explícitamente online y si bien afecta a todos, hay un grupo que se perdió de vivir una de las experiencias más recordadas: el último año.
Aquellos que comenzaron el 2020 cursando su último año de secundaria con la ilusión de vivir su mejor año, lo vieron truncado. No sólo es el año en el que se cierra un largo ciclo, y se egresa del colegio y da paso a la educación universitaria, también es el periodo en el que se solidifican las relaciones personales, las amistades, y se viven algunas de las experiencias que más se recuerdan de por vida.
Paula y Pilar son alumnas de quinto año y nos cuentan en primera persona como llevan todo este tiempo, las expectativas, las decepciones y piden de alguna manera volver a las escuelas para tener un cierre.
“Esto terminó siendo todo lo contrario a lo que uno pensaba en esta instancia. Yo voy a la misma institución desde los 3 años y es triste, porque sin pensarlo un día fue tu último día y no pudiste cumplir tus metas para este año” comenzó contando Paula.
Por su parte, para Pilar, “a esta altura del año, pedir volver a clases por un ámbito académico es medio complicado, pero va más allá de eso, pedimos una vuelta para compartir con nuestros compañeros lo que nos queda, tener un cierre, una entrega de diplomas, una colación, creo que cuando se quiere se pueden hacer protocolos. En mi caso voy desde salita de cuatro al colegio y lo que pasó no fue nada agradable para nosotros. Volver al menos unos días a compartir algo entre todos”.
Ambas hacen foco en la importancia que tiene la escuela secundaria en sus vidas. No sólo no fueron durante todo el año, sino que se perdieron juntadas, eventos, acto de Colación, Recepción y el tan ansiado viaje a Bariloche.
“El viaje a Bariloche lo comenzamos a pagar en tercer año de la secundaria, para mediados de este año lo teníamos casi pago. No tenemos una respuesta en concreto si se va a realizar o no” explicó Paula.
“Nosotros teníamos todo decidido, nuestra fecha era con las vacaciones de julio” cuenta Pilar, quien pese a su edad se encuentra comprensiva con la situación de las empresas, que “hacen lo que pueden, pusieron una fecha tentativa para septiembre, después en octubre y ahora no lo pasan más, Están a la espera a darnos una respuesta más segura”.
En cuanto a la elección del futuro, aseguran que “hay de todo, hay chicos que teníamos decidido y lo que buscábamos era confirmar lo que queríamos estudiar, y hay otros que iban a tomarse este año para decidir, se iban a realizar pasantías que ayudan en la elección. Ahora están dando distintas charlas con profesionales, pero no es lo mismo. Es complicado, hay muchos chicos que están en dudas”.
También hablaron de lo que es cursar todo un año de manera online. “Tengo compañeros que no han entregado trabajos, que no se conectan a clases virtuales, creo que es por la situación, por no poder interactuar. El chiste de los profesores es que en el curso no nos podían callar, y ahora nadie prende el micrófono para hablar. Es muy difícil para el profesor entender hasta que punto llegás al alumno, hasta que punto entiende y lo mismo del otro lado. Termina siendo muy desigual, habla toda la clase un profesor y lo que se habla o responde son dudas, no es lo mismo que en el salón” describió Paula.
Por el lado de la experiencia de Pilar, “en cursos de 40 están conectados 20 chicos desde marzo. Con mi grupo de amigos llegó un punto en que dijimos ´las clases virtuales y la interacción es lo único que vamos a tener, pongámosle onda´. No solo es contenido académico lo que hablamos, porque vimos que si no decidimos nosotros interactuar, ellos no pueden hacer mucho más, ya es mucho lo que están haciendo los docentes”.
Lo que piden es tener un cierre. Volver a las aulas para vivir al menos un poco de lo que esperaban experimentar este año. Para eso, se organizó una caravana que saldrá desde el Puente Colgante y tendrá destino Plaza 25 de Mayo donde se harán ver y escuchar.