Todo comensal de Kentucky Fried Chicken o KFC reconoce la crujiente diferencia entre una pieza de pollo sabrosamente empanada y una pieza de pollo adobada en casa; son dos recetas paralelas que, a pesar de compartir el mismo ingrediente, no generan la misma calidad de sabor a nuestro paladar.
Por desgracia, en tiempos de pandemia y aislamiento, las puertas de estos restaurantes estarán temporalmente cerradas y aunque existe la receta definitiva para hacer el pollo frito perfecto, el cierre por pandemia nos ha motivado para enseñarte, con pasos nada difíciles, la forma de preparar en tu cocina el pollo frito al mejor estilo de KFC.
INGREDIENTES PARA EL POLLO
Cuenta la historia que en 1939 eran 11 especias originalmente, que cuando el Coronel Sanders patentó la Receta Original ocultó el documento en una caja fuerte de la sede de KFC en Louisville. Ningún restaurante competidor de su época podía igual la suculenta textura, la mezcla de aromas imponentes, el delicioso color dorado que gracias a Sanders ahora tomaba sabor.
Fue hasta 1983 que William Poundstone subió el telón y dejó traslucir el método original para la preparación del pollo frito; sin embargo, la autentica distribución de las especias se mantuvo en secreto. Pero tú trabajarás con las siguientes.
PUÑADOS DE ESPECIAS AL GUSTO
Claro que la pizca de cada especia queda a tu juicio, aunque por lo general se recomienda una sola cucharada de todas, como sal, tomillo, perejil, orégano, pimienta negra, mostaza molida (o salsa), pimentón rojo en polvo, sal de ajo, jengibre molido, pimienta blanca.
La cantidad de harina y agua que usarás, dependerá de la cantidad de pollo que te apetezca freír; preferiblemente inicia con 400g de harina y escoge los muslos, las alitas y/o rebanadas de milanesa.
Si necesitas ir de compras por algún ingrediente, no será necesario preguntarse de qué marca comprarlo. Mientras más barato, mejor. Incluso la misma cadena de restaurantes KFC en los años 1960 ahorraba dinero comprando variaciones de ingredientes como sal, glutamato monosódico, pimienta negra, harina y azúcar; según el escritor ya mencionado, Poundstone, en su libro Big Secrets.
MÉTODO DE PREPARACIÓN DEL POLLO FRITO AL ESTILO KFC
Para comenzar, debes buscar un recipiente ancho de más o menos veinticinco centímetros de altura, la idea es que tenga una cavidad suficiente para mezclarlo todo más fácil. Luego echas la cantidad inicial de harina (te habíamos dicho unos 400g) y uno a uno los puñados de especias que tal vez en ese instante pienses que son demasiadas.
No temas engordar. El Coronel Sanders se hizo multimillonario y también era gordito, barbudo y quién sabe si hasta Santa Claus. Pero después de reírte continúa revolviendo suavemente cada gramo de sabor, la mezcla debe quedar uniforme: ninguna parte con más especias que otra.
Una vez hecho lo anterior, pasarás a verter el agua poco a poco, sin prisa. Verter y batir, verter y batir. Tienes que lograr una consistencia no muy espesa ni tampoco muy aguada; la masa debería adherirse brevemente al batidor globo o el cubierto que utilices.
Ahora cubre con un pellizco de sal las piezas de pollo que hayas escogido y déjalas rebozar unos 15 minutos en la mezcla. Puedes guardar el recipiente en tu nevera para impregnar los sabores a profundidad, –no sin antes haberlo sellado con una tapa o plástico envolvente–.
Durante este tiempo, puedes ir precalentado el aceite en una sartén honda; aunque si eres de los que experimentan, podrías usar una olla de presión como lo haría el mismo Harland Sanders.
UN POCO DE HISTORIA DE KFC ANTES DE CONTINUAR
Desde su infancia, nuestro Coronel se había dedicado a mantener la granja de su familia, la cual incluso le exigía el tiempo que pudo haber pasado en la escuela. Sanders era hijo de unos granjeros, pero al morir su padre tuvo que convertirse en el hombre de la casa junto a sus hermanos.
Quizás nadie sepa cuántos trabajos habrá realizado hasta 1929, fecha en que por fin se adueña de una gasolinera en North Corbin (Kentucky). Posteriormente, al año abriría un local de comida en el mismo establecimiento. Un pequeño restaurante, digamos el primer KFC, al que llamó Sanders Café; a partir de ese momento empezó a preparar pollo frito con su receta propia.
Fue tan buena la receta de nuestro Sanders que seis años después el gobernador del estado le otorgaría el honorable título de Coronel de Kentucky. Al volverse reconocido, invirtió en un motel dentro de la misma ciudad; soportaría los destrozos de la guerra y, finalmente, fundaría el primer KFC en 1950.
Pero volviendo al presente, saca el sagrado recipiente que bajo nuestro juramento promete un platillo sublime y ve empanizando las piezas de pollo. De seguro viste la masa más espesa que antes. Quizás estás pensando que tú pollo al estilo KFC podría quedar crudo por dentro y hermoso por fuera, pero tú tranquilo.
Lo que tienes que hacer es que vas a subir las llamas al máximo durante tres, cuatro minutos; y luego reducirás el fuego, aunque no al mínimo, sino a una llama regular, para obtener un producto más crujiente y bronceado. Cuatro minutos corriendo a todo pulmón y otros cuatro, caminando, escuchando música de preferencia.
ES HORA DE SERVIR LA MESA
Una vez aplacadas las llamas y puestas las servilletas en un colador, vas a hacer que las piezas escurran el aceite sobrante. ¿Qué prosigue? Saca tu mejor plato, tus cubiertos elegantes, ponte un traje de gala y forra la mesa con manteles finos y cuelga frente a ti una obra surrealista pintada por el mismísimo Dalí. Puedes organizar todo eso o comer directamente del colador cómo lo haría un salvaje. Nadie va a juzgarte.
Espero que hayas disfrutado la receta y, que estés viendo, con asombro, cómo el color dorado empieza a tomar significado: dorado significa exquisito. Y más exquisito es comer en tu casa con la mayor confianza del mundo, un buen show de TV, una Coca-Cola tan fría que tenga diminutos icebergs oscuros flotando en su cubierta, con y sin pareja, tu pollo al estilo Kentucky Fried Chicken no dejará de saber delicioso.