El mundo llora la muerte de Diego Maradona. Un nombre que se convirtió en leyenda y que trascenderá en la eternidad. El legado deportivo que deja es incomparable. Sobre todo en aquellos apasionados que lo vieron brillar como jugador y aquellos que pudieron disfrutarlo en su última etapa como entrenador.
Por eso, todos los 25 de noviembre pasará a ser una fecha inmaculada de reconocimiento para Diego Maradona, que tuvo la dicha de levantar la Copa del Mundo en México 86. Desde ya en Santa Fe también se lo recuerda, porque tuvo dos pasos. Primero en un partido solidario que reunió a diferentes figuras locales. Se lo vio con una remera distintiva y con la tradicional roja y negra de Colón, que generó el delirio de la gente en el estadio Brigadier López.
Después como conductor de la Selección Argentina en 2009, en un amistoso de un equipo conformado por todos jugadores locales, también en el Cementerio de los Elefantes. Fue ante Panamá y terminó con victoria 3-1. Fueron citados en aquella ocasión Diego Pozo, Alexis Ferrero, Sebastián Prediger y Esteban Fuertes, jugadores sabaleros.
Una experiencia inigualable para los santafesinos, que tuvieron el privilegio de ver al mejor jugador de todos los tiempos, que ahora ya juega picados en el cielo.
