En un año tan complicado en materia de salud por la pandemia del coronavirus, la economía continúa sintiendo el impacto de las restricciones y de la inflación que cerró por encima de un 35% en el 2020.
“La leche es un producto sensible en la canasta familiar, en la población y generalmente siempre estamos en actividad. Se produce todos los días, tiene un compromiso como actividad esencial que cumplimos todo el año” aseguró Pablo Villano, presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas por LT10.
Sin embargo, la contracara es que padecieron “un gran desfasaje entre los costos, que no se congelaron, y el aumento de la materia prima, de todos los costos de fabricación, del packaging, cartón, aluminio, energía, gasoil, los sueldos que se actualizan con la inflación y nosotros que al estar en los precios máximos y cuidados, el Gobierno sólo nos autorizó un incremento del 12% cuando los costos nos aumentaron un 40%”.
En concreto, lo que piden desde el sector es “que se actualicen los precios en función de los costos, porque estamos trabajando a pérdidas”.
Luego de una reunión con autoridades competentes, esperan que les permitan “ajustes escalonados”, lo que consideran un avance para evitar que alguna pyme tenga que cerrar.