En los últimos meses del 2020 se vivieron momentos tensos en Colón, debido a que los dirigentes tenían la misión de renovarle el contrato a varios jugadores surgidos de las inferiores a los cuales se les terminaba el vínculo el 30 de junio de este año.
Los casos más preocupantes eran los de Tomás Sandoval y Tomás Chancalay, con quienes se llegó a un acuerdo para estirar sus vínculos con el club, luego de intensas negociaciones, aunque con una consecuencia que se vio reflejada en este mercado de pases.
Es que Adrián Ruocco, a la hora de negociar con los dirigentes de Colón, puso como condición para la firma del nuevo contrato que a Chancalay se lo deje partir en este mercado de pases ante la primera oferta que convenza al jugador.
Es decir que la condición fue una salida sin necesidad de que tenga que llegar un club dispuesto a comprar su pase o parte del mismo. En aquel momento, vale recordar, estaba el temor de llegar a enero de este año con la chance de que Chanca pueda firmar con otro club en calidad de libre.
Allí radica el principal motivo por el cual Chancalay se fue a Racing, que solamente pagó una cifra que todavía no trascendió por un préstamo, más allá que tiene una opción de compra en una cifra millonaria en dólares, que tampoco fue oficializada.
Vale recordar que en los últimos mercados de pases al delantero se lo relacionó con Talleres, que sería el paso previo para llegar al Monterrey, y también se informó en varias oportunidades desde México que América estaba interesado en su ficha.
Está claro que Chancalay necesitaba un cambio de aire para tratar de explotar futbolísticamente, más allá que su salida le trae pocos réditos económicos a Colón y un dolor de cabeza a Eduardo Domínguez, ya que lo consideraba pieza fundamental en su equipo.