Existen muchas creencias, algunas de ellas falsas, que tenemos asociadas a este cotidiano acto de lavarnos el pelo. A continuación, cinco mentiras populares en torno a este hábito.
– Tiene que hacer espuma para dejar el pelo limpio: Falso. Los que hacen mucha espuma es porque contienen sulfatos, pero no significa que limpien más. Los sin sulfatos llevan tensioactivos naturales, biodegradables y respetuosos con el medio ambiente que no hacen tanta espuma pero limpian ede forma eficaz.
– No se puede lavar todos los días porque se acostumbra y se cae más. Falso. Tenés que lavarlo cuando lo notes sucio, y si es a diario no pasa nada. Es mejor eliminar la grasa o los residuos que dejarlos sobre el cuero cabelludo. Tampoco se cae más por lavarlo más a menudo. Eso sí, si se lava a diario, es aconsejable elegir un shampoo suave y respetuoso con el cuero cabelludo y el pelo.
– Hay que cambiarlo cada cierto tiempo porque el pelo se acostumbra a él y ya no es tan efectivo. Falso. Si va bien y el pelo está sano y brillante no hay por qué cambiarlo. Solo es necesario cambiar cuando está apagado, sin brillo o el cuero cabelludo está irritado o presenta otras molestias.
– Hay que frotar fuerte para lavar bien el pelo. Falso. Lo único que conseguiremos es que la cutícula se abra y el pelo se encrespe más. Hay que masajear suavemente el cuero cabelludo con los dedos, dejar actuar el shampoo entre 1 y 3 minutos, y con los dedos lavar la melena sin frotar.
– Cuanta más cantidad de shampoo uses más limpio estará tu pelo. Falso. Usá una cantidad equivalente a una cucharita de postre, emulsioná en las manos y aplicalo en el cuero cabelludo, previamente húmedo. Si lo lavás a diario no hace falta que hagas un segundo lavado. Si lo lavás cada dos o tres días, sí deberías hacer dos.