Muchos se sorprendieron con la decisión de Eduardo Domínguez, de relegar al banco ante San Lorenzo a Tomás Sandoval. Más que nada, porque había sido uno de los puntos más altos, con gol incluido, en la victoria ante Central Córdoba. En su lugar quién estuvo desde el arranque fue Nicolás Leguizamón, que volvió de Defensa y Justicia en busca de una nueva oportunidad.
Por lo que se pudo saber, Legui brinda un mayor despliegue para presionar en la salida rival por sus condiciones físicas. Una forma de ser la primera línea de defensa. Un estilo muy similar a lo que apelaba Miguel Russo en Boca con Franco Soldano. Esto le quita posibilidades de gol, pero se vuelve importante desde lo colectivo.
Claramente, Sandoval no está para esto, pero sí para pulverizar redes, con un promedio de gol que sorprende. En lo macro, no parece mucho, pero si se analiza detenidamente, no es para pasar por alto: lleva 30 partidos en Colón y marcó ocho goles. Pero si se contempla el coeficiente en base a los minutos que jugó, el índice es mucho mayor: 927' (cerca de 10 partidos completos), es decir, uno cada 108'.
Números que hablan su letalidad dentro del área. Sin embargo, no le alcanzar para afianzarse como titular. Habrá que ver si es más importante un delantero que defienda o uno que haga goles. Una discusión que disparó por lo que sucedió con Soldado en el Xeneize. Colón tiene en Sandoval a un goleador nato (lleva tres goles consecutivos), pero quizás Eduardo Domínguez piensa en otro tipo de juego. Un tema para el debate, amén que las estadísticas no definen nada, pero sí clarifican.