Nicolás Orlando tiene 22 años, es santafesino, y se encuentra varado junto a otros 50 argentinos en "Paso de los Libres", el cruce fronterizo ubicado en Corrientes. No pueden ingresar al país debido a las nuevas implementaciones de las nuevas restricciones que sancionó el Gobierno para frenar el avance del coronavirus, ante la llegada de la segunda ola.
“Salimos de Brasil el día viernes a las 11 de la mañana, desde el Balneario de Camboriú, pero ya había salido de San Pablo el jueves a la noche. Llegamos acá el sábado a la mañana, pasamos el lado de Brasil, y cuando queremos pasar la frontera por migraciones, nos dijeron que habían recibido una orden que desde el día sábado no podían dejar entrar nadie al país” relató Nicolás por LT10.
“Estamos a la deriva, al lado del puente fronterizo, del lado argentino, pero frente a migraciones. Estamos al aire libre todo el día, y dormimos acá en el colectivo” agregó sobre cómo viven estos últimos días.
Al ser consultados si habían tenido un contacto con algún funcionario, Nicolás explicó que mandaron al Consulado Argentino, que les tomaron los datos y los mandaron a Buenos Aires y tienen que “esperar la respuesta de la ministra de Salud”.
“Comemos lo que nos entrega la gente acá. Un día los empleados del Consulado hicieron una vaquita y nos compraron unas pizzas. Otro día nosotros hicimos unas vaquita y compramos para hacer unos sándwiches, y un día desde un hospital que está cerca también nos mandaron unos sándwiches” describió sobre la solidaridad de la gente.
“Acá nadie es turista, nadie se fue de vacaciones, somos trabajadores que nos fuimos antes del 25 de diciembre. Somos todos ciudadanos argentinos y residentes. Nosotros somos tres que nos fuimos a trabajar de guardavidas y acá en el micro nos encontramos con otros guardavidas que habían ido a trabajar en otro balneario, en total somos unos 10 guardavidas” remarca Nicolás sobre el motivo de su viaje y el de sus compañeros.
Además, especifica que antes de emprender la vuelta al país, revisaron la página oficial del Gobierno y corroboraron que estaban “dentro de las personas que tenían permitido ingresar al país”. Incluso, todos se realizaron un PCR antes de viajar.
“Hay gente grande que está sufriendo crisis nerviosas, y algunos menores que lloran y quieren volver a sus casas”, agregó sobre la situación de las 50 personas que viajaban con él. Además, hay otros 3 o 4 autos particulares que están en la misma instancia.