Un agujero negro de tamaño intermedio pero que posee una masa 55.000 veces superior a la del Sol, fue detectado por científicos australianos gracias a una técnica inédita, lo cual podría demostrar que existe una mayor variedad de estos objetos en el Universo.
"Es la primera prueba de la existencia de un agujero negro de tamaño intermedio con semejante masa", expresó James Paynter, de la Escuela de Física de la Universidad de Melbourne (Australia), que participó en el estudio publicado el lunes pasado en la revista Nature Astronomy.
Actualmente, solo se conocen dos familias de agujeros negros, diferenciadas por tamaños radicalmente diferentes: los estelares, formados tras la muerte de una estrella y cuya masa es como mucho 10 veces superior a la del Sol, y los supermasivos, que pueden ser varios miles de millones de veces más masivos que nuestra estrella.
Por eso, desde hace años la ciencia se "plantea si no existen agujeros negros de masa intermedia", según Frédéric Gueth, director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica de Francia, y si estos podrían desempeñar un papel en el origen de los supermasivos.
Los autores del estudio destacan que los indicios que apuntan a su existencia se multiplicaron recientemente. Por ejemplo, en septiembre de 2020, se anunció el hallazgo del primer agujero negro intermedio, aunque con una masa "solamente" 145 veces superior a la del sol. "Es desconcertante, porque buscamos algo que tenga entre decenas y millones de masas solares", según Gueth.
El grupo australiano identificó el agujero negro analizando los datos de brotes de rayos gamma, unos destellos luminosos extraordinariamente potentes procedentes de la explosión de estrellas masivas. Uno de ellos, denominado GRB 950830, se topó con algo extraño de camino a la Tierra desde su lugar de emisión, a miles de millones de años luz.
Los científicos establecieron que este pasó cerca de un agujero negro, que a su vez desempeñó un papel de "lente gravitacional", nombre que se da a un objeto cuya masa es tan gigantesca que deforma la estructura del espacio-tiempo y curva el trayecto de la luz a su alcance. A partir de ahí, los expertos calcularon la masa teórica del agujero negro.
Según el profesor Eric Thrane, de la Universidad Monash de Australia, podría tratarse de un "agujero negro primordial", creado en los albores del Universo. Estos objetos son "quizás los precursores de los agujeros negros supermasivos", cuyo origen se desconoce, según un comunicado de los autores del estudio, que previenen que este hallazgo todavía debe ser confirmado.
Según Gueth, citado por la agencia de noticias Télam, aunque los agujeros negros de masa intermedia existan, "el hecho de que no se haya observado realmente ninguno indica que no hay muchos y que se forman en circunstancias extremadamente particulares".