La primera sonda que China ha enviado a Marte, la Tianwen-1, ha logrado aterrizar con éxito en el suelo del planeta rojo.
Según ha informado la agencia de noticias Xinhua en un mensaje en las redes sociales chinas, el artefacto se posó en la superficie del área sur de la llanura Utopia Planitia, en el hemisferio norte marciano.
Tianwen (”Preguntas al Cielo”) tenía previsto tardar unos nueve minutos en ejecutar el descenso, durante los cuales iba a reducir su velocidad de 4,9 kilómetros por segundo (17.640 kilómetros por hora) a cero, según había informado previamente el periódico chino Global Times.
En una primera fase, el aterrizador, envuelto en un escudo térmico para protegerlo del intenso calor generado por la fricción con la atmósfera marciana, debía comenzar la desaceleración. A una altura de unos 10 kilómetros sobre la superficie, tras deshacerse del escudo protector, encendería sus motores y desplegaría su paracaídas para ayudarle con la frenad
Los expertos aeronáuticos han apodado el tiempo de descenso a Marte como los “siete minutos de terror”, por el tiempo que transcurre desde que comienza la bajada del artefacto y se pierde el contacto con ella hasta que se posa finalmente en el suelo y comienzan a recibirse las señales que envía.
Durante ese lapso, al no haber comunicación entre el aparato y la Tierra, se desconoce si la misión ha tenido éxito o no.
“El 15 de mayo, la primera sonda de exploración marciana china, Tianwen-1, aterrizó en una zona preselencionada en la Utopia Planitia de Marte”, indica Xinhua en su cuenta de Weibo, el Twitter chino. Agrega que a partir de ahora el robot explorador Zhurong, tras salir del módulo aterrizador, comenzará a enviar imágenes de la zona de aterrizaje y efectuar inspecciones en los alrededores.
La agencia espacial china, CSNA, no había confirmado el momento en el que intentaría el aterrizaje. El viernes se había limitado a indicar, en un escueto comunicado, que el plazo para la operación comenzaba este sábado a primera hora y concluiría el miércoles.
Tianwen-1 se lanzó en julio de 2020 y llegó a Marte en febrero de este año. Desde entonces ha permanecido en órbita del planeta sin incidentes.
El lugar de aterrizaje, Utopia Planitia, es un cráter gigantesco en el hemisferio norte que se formó por el impacto de un meteorito hace millones de años. El lugar donde se encuentra y la poca elevación de la llanura hace que allí haya más atmósfera, lo que ayuda a frenar el descenso del módulo aterrizador, por la fricción con el aire.
Es un factor importante, dado que la envoltura de gases del planeta rojo es mucho menos densa que en la Tierra. A ello se suma también el que, aparentemente, no existen accidentes geográficos que puedan dificultar la toma de tierra. Y, además, en el subsuelo de este área parece haber grandes cantidades de agua congelada.
La misión Tianwen está formada por tres módulos: el orbitador, que hasta ahora ha girado en torno al planeta rojo, el aterrizador, y un robot explorador, el Zhurong, que explorará los alrededores y enviará imágenes a la Tierra. Los expertos chinos aspiran a que el rover, de 1,85 metros de altura y 240 kilos de peso, pueda completar al menos 90 soles, o días marcianos, antes de dejar de estar operativo.