“Pensamientos firmes, objetivos claros”. Esas palabras utilizó para simbolizar un video en el que se lo ve saltar un cajón y diferentes obstáculos en la silenciosa soledad de un gimnasio. Una y otra vez. Así fueron sus últimos días y meses. Así transcurrieron, esperando algo que parecía no llegar. Que tenía fecha firme: el famoso 30 de junio.
Ese día, el contrato que une a Julián Antonio Chicco con Boca Juniors quedará finalmente terminado, ya no habrá más.
Según publica el sitio www.lavoz.com.ar, se cerrará una historia que parecía iba a contar con fama, gloria y popularidad. Pero nada de eso pasó en este chico de 23 años al que llamaban “el nuevo Gago”.
Oriundo de la localidad de Brinkmann, en el interior cordobés (en el departamento San Justo, a 272 kilómetros de la capital), Chicco fue desde ‘el vamos’ un pibe que llamó la atención.
Ya en el Centro Social y Deportivo Brinkmann entendieron que tenía talento en sus inferiores y que no tardaría mucho en dar el salto.
El primer paso fue en las inferiores de Colón, que lo captó para su cantera. Nunca quedó muy claro cómo se dio su traspáso al Xeneize, por el lado del club sabalero nunca se informó sobre ello. En ese mercado de pases Boca también se llevó a Matias Roskopf y extraoficialmente se menciona que pagó 2.000.000 de pesos por ambos jugadores, Colón estaba inmerso en una crisis institucional y el ofrecimiento fue rapidamente aceptado.
Su estilo de volante central alto, elegante, con lectura de juego, le dio cierto reconocimiento en el fútbol de inferiores de AFA.
Y, en 2014, un club enorme tocó su puerta: junto a un grupo de juveniles, viajó a Inglaterra a una prueba de dos semanas en el Manchester United.
Como foto recordatoria, aparece el propio Julián posando con el galés Ryan Giggs, figura histórica del United.
“Estaba haciendo trámites con mi representante para mi presentación en Boca, y saltó la propuesta de ir a probar al Manchester por un hombre que me había visto y todo paso muy rápido. Fuimos con un chico de Brasil y otro de Costa Rica. Luego, nos juntábamos todas las categorías en un complejo a comer y ahí estuve a dos metros de Rooney y Van Persie; no lo podía creer, no sabía si comer o quedar mirándomelos”, cuenta siempre Julián, al recordar ese momento.
La prueba no prosperaría, pero en su regreso al país fue Boca Juniors quien decidió comprarlo, ya que lo venía siguiendo.
En la gestión de Daniel Angelici, el Xeneize pagó 2 millones de pesos para adquirirlo junto con el delantero Matías Roskopf, oriundo de Paraná que hoy defiende la camiseta de Central Español de la segunda división de Uruguay.
UN JUGADOR DE SELECCIÓN
Su aterrizaje en Boca coincidió con citaciones permanentes para las selecciones juveniles. Chicco se puso la “5” de Argentina en la Sub 15, Sub 17 y Sub 20.
Jugó torneos Sudamericanos en México, Bolivia, Chile y Paraguay.
Mientras tanto, se fue destacando en las inferiores de Boca, donde se instaló en el predio de Casa Amarilla, que fue su hogar.
Y hasta Juventus de Italia supo pretenderlo junto al ex-Talleres Tomás Pochettino, aunque la operación no se concretaría.
El día 27 de febrero de 2016 será imborrable para toda la familia Chicco, ya que “Juli” fue convocado por el DT Rodolfo Arruabarrena para enfrentar a Racing Club por el Torneo Transición de Argentina 2016.
Debutó profesionalmente el 30 de abril de 2016, en un partido correspondiente a la fecha 13 de ese certamen, en el que Boca cayó derrotado 0-1 frente a Argentinos Juniors, disputando los 90 minutos.
En total, hasta 2019, disputaría apenas cinco partidos con la camiseta del Xeneize.
No tuvo chances y algunos entrenadores ni siquiera lo tuvieron en cuenta, por lo que estuvo cedido en Patronato de Paraná en la temporada 2019-20, jugando 17 partidos y marcando dos goles, con un buen nivel.
Pero al retornar a Boca otra vez las puertas se cerraron: lo separaron y ni siquiera podía entrenar en Reserva, ya que no aceptó una extensión de su contrato por tres años.
Así, los días de Julián se fueron pasando entrenando en soledad y esperando este 30 de junio.
Hace poco su nombre sonó en el mercado de pases del fútbol de Córdoba, ya que Instituto lo pretendía y también Belgrano, tras la lesión de Hernán Bernardello.
Pero su compleja salida de Boca le impidió jugar en la Docta, cerca de su familia. Ahora, cuenta los días que faltan hasta el 30 de junio para dejar de estar “colgado” y volver a una cancha. Su gran sueño es relanzar su carrera y seguramente ofertas no le faltarán.