La crisis generada por la pandemia golpeó a la economía general pero donde más se sintió fue en el rubro turístico, donde en poco más de un año se perdieron unos 85.000 puestos laborales, por el cierre de 2.800 establecimientos hoteleros de todas las categorías.
Los datos surgen de relevamientos efectuados por la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) y la Federación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos (FEHGRA).
Este lunes se conoció el cierre del tradicional complejo marplatense, Torre de Manantiales, propiedad del ex funcionario macrista, Hernán Lombardi, que derivó en que 230 personas se queden sin trabajo.
Para los empresarios del sector, lo ocurrido con Torre de Manantiales es sólo la punta de un iceberg de una crisis que aun no terminó y que demandará muchos años para lograr una recuperación del rubro.
Roberto Amengual, titular de AHT, reconoció que al sector le llevó "14 años generar 15.000 puestos de trabajo que se perdieron solamente en hotelería" y admitió no ser "optimista respecto cuánto tiempo llevará volver a alcanzar el nivel de empleo formal".
"El turismo genera tres veces más empleo formal privado que el promedio de la industria: el porcentaje de formalidad en la hotelería es del 92%", destacó el dirigente en declaraciones radiales.
Explicó que "sólo en 15 de las 65 semanas superamos el 10% de ocupación en promedio en el país y para cubrir los costos un establecimiento hotelero necesita tener una ocupación del 45%, por lo que no hemos podido cubrir los gastos, acumulando deudas, sacando préstamos, agotando reservas".
Por su lado, FEHGRA indicó que por la pandemia y las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus, 2.800 establecimientos hoteleros debieron cerrar sus puertas en poco más de un año.
Graciela Fresno, dirigente de esa federación, indicó que Torres de Manantiales es "uno de los conocidos, pero hay muchos que ni siquiera pueden cerrar, porque no tienen con qué hacer frente a esa decisión, y están a las espera de ver cómo salen de esta situación".
Si el rubro turístico fue el más castigado por la pandemia, Mar del Plata fue la ciudad donde más repercutió esa crisis, y donde se permitieron más fuentes de trabajo por el cierre de establecimientos.
A tal punto llegó la situación en la "Ciudad Feliz" que hace pocos meses cerró sus puertas el Sheraton y durante junio hubo una "rebelión" fiscal de los empresarios del rubro, que decidieron dejar de pagar impuestos para poder cubrir salarios.
Desde marzo del año pasado, más de un centenar de establecimientos hoteleros y gastronómicos cerraron sus puertas en Mar del Plata, una ciudad cuya industria turística es la base de su economía.