Muchos usuarios, santafesinos, detectaron un sabor distinto en el agua, incluso una coloración que no es la habitual.
Sobre esta situación, Germán Nessier, vocero de Aguas Santafesinas, explicó que es “producto de la extraordinaria bajante” que provoca que se modifique la composición del agua “de los cursos de los que nos abastecemos donde hay aportes de algunos afluentes que tienen mayores minerales”.
Entonces lo que se produce es que percibimos “variaciones de las características organoeléctricas del agua”, aunque asegura que se trata de agua que pasa los controles y es declarada apta y potable.
“Está asociado a un fenómeno propio de la naturaleza, en otras oportunidades ha sucedido, el año pasado hubo un episodio también” agregó Nessier que asegura que lo que sucede “tiene que ver con un acostumbramiento del paladar”, ya que el agua de fuente superficial se denomina pobre en sales o minerales, y la otra -la de fuentes subterráneas- tiene mayor presencia de esos minerales.