La presencia ilegal de teléfonos celulares es un problema histórico en las cárceles, aún más cuando estos son utilizados para cometer hechos delictivos.
En los siete meses que van del 2021, en las cárceles santafesinas se secuestraron 3.656 teléfonos celulares ya se en requisas, saturación, allanamientos u órdenes judiciales, aseguró Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios de la provincia.
“El interno tiene derecho a tener comunicación, por eso cada pabellón tiene un teléfono fijo o un teléfono que tiene el celador” que están denunciados y tienen un registro detallado de sus usos.
Con respecto a la forma en la que ingresan a los penales, el funcionario asegura que existen muchas formas, pero la más frecuente es a través de las visitas o personas que entran para cumplir alguna función.
“El control es rudimentario, físico, persona a persona. Por ejemplo, en Las Flores, hay una población de 1.400 internos, por lo tanto, son 1.400 personas que ingresan como visita, que lo hacen con los paquetes que llevan al interno. Estos son requisados de forma manual, y se demora mucho tiempo” manifestó Gálvez.
Por eso destaca la importancia de incorporar tecnología. Por ese motivo, en las tres unidades penitenciarias más grandes de la provincia, se incorporará el escáner, y se analiza la incorporación de cintas transportadoras de bultos pequeños, similares a los de los aeropuertos.
De esta forma, se dejará de estar siempre “bajo la mirada gris de este control personal”.
Además, se están realizando estudios para la colocación de inhibidores de señal.