Europa dio otro paso más en la definición de una norma universal para el puerto de carga de los teléfonos móviles y otros equipos bajo el estándar USB-C, un medida que busca evitar los problemas de compatibilidad de los cargadores de los dispositivos electrónicos. “El USB-C se convertirá en el puerto estándar para todos los teléfonos inteligentes, tabletas, cámaras, auriculares, parlantes Bluetooth y consolas portátiles de videojuegos”, dijo la Comisión Europea en un comunicado oficial.
En la última década, las disposiciones europeas lograron reducir de treinta a tres tipos de cargadores. Ahora, esta propuesta busca que las autoridades del Viejo Continente buscan reducir la huella ambiental que generan la producción y reemplazo de cargadores en la industria tecnológica con un único modelo para todos los dispositivos electrónicos.
El desarrollo de un cargador universal comenzó a ser abordado en 2009 con un acuerdo voluntario con los principales representantes del sector, lo que permitió reducir en gran medida la cantidad de cargadores en el mercado. En 2018 los fabricantes presentaron una propuesta que no fue aprobada por las autoridades europeas, y desde entonces no se pudo establecer un modelo con un estándar unificado de común acuerdo.
“Hemos dado un amplio plazo al sector para encontrar sus propias soluciones; ha llegado la hora de emprender una acción legislativa en favor de un cargador común. Esto supone un importante éxito para nuestros consumidores y medio ambiente, y se ajusta a nuestras ambiciones ecológicas y digitales”, dijo Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva para una Europa Adaptada a la Era Digital. A comienzos de este año, el Parlamento Europeo había aprobado un proyecto que exigía a la industria tecnológica la adopción de un único puerto de carga y transferencia de datos, una medida rechazada por Apple, que utiliza el conector Lightning para sus teléfonos iPhone y una gran parte de los modelos de tabletas iPad.
Los nuevos iPhone se venden sin cargador ni auriculares, aunque mantienen el conector propietario Lightning
“Cada vez se venden más cargadores que no son intercambiables ni necesarios. Vamos a poner fin a esta situación. Con nuestra propuesta, los consumidores europeos podrán utilizar un único cargador para todos sus dispositivos electrónicos portátiles: un gran paso para aumentar la comodidad y reducir los residuos”, dijo por su parte Thierry Breton, comisario de Mercado Interior.
Las propuestas de la Comisión Europea para la adopción de un único puerto de carga se resumen en los siguientes puntos:
- El estándar elegido es el USB-C, una norma que permitirá a los consumidores cargar sus dispositivos con un mismo cargador, sin depender de la marca del fabricante.
- Se deberá acordar una tecnología de carga rápida para evitar que las compañías limiten de forma injustificada la velocidad de carga.
- Fomentar la venta por separado de cargadores y dispositivos electrónicos, para evitar la compra no deseada de este accesorio, algo que fabricantes como Apple y Samsung comenzaron a implementar en las cajas de algunos modelos de teléfonos.
- Más información a los usuarios para conocer la potencia requerida por el dispositivo y si admite la función de carga rápida.
En este punto, el mayor desafío que tendrán los fabricantes está en la interoperabilidad plena entre los dispositivos electrónicos y los cargadores, una medida que llevará tiempo y que las autoridades europeas creen que esta norma permitirá alcanzar este objetivo. Es por eso que, tras la aprobación de estas propuestas, las compañías tecnológicas contarán con un período de transición de 24 meses para que puedan adaptarse al uso de un cargador único con puerto USB-C.
El panorama actual
Según la Comisión Europea, se vendieron unos 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos en la Unión Europea. De esta forma, los consumidores tienen unos tres cargadores, de los cuales solo usan dos de forma cotidiana, y el 38 por ciento señala que tuvieron problemas de compatibilidad al momento de cargar las baterías de sus equipos.
A su vez, el reporte señala que los europeos gastan 2400 millones de euros al año para comprar cargadores de forma independiente a los dispositivos. Por su parte, los cargadores eliminados o reemplazados representan unas 11.000 toneladas anuales de residuos electrónicos.