El Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores llevará a cabo una audiencia para definir las pruebas de cara al juicio contra ocho rugbiers acusados de haber matado joven Fernando Báez Sosa de una brutal golpiza a la salida de un boliche el 18 de enero del 2020.
Se trata de una audiencia a la que asistirá la defensa de los rugbiers, quienes están detenidos desde el momento del hecho, y la querella a cargo de Fernando Burlando y Fabián Améndola. También el fiscal de juicio Juan Manuel Dávila.
Cada una de las partes hará su ofrecimiento de prueba con los testigos que consideran deben ser convocados a declarar, y también otro tipo de material como ser las cámaras de video de los comercios de la zona, documentación y hasta inspecciones oculares.
Luego de recibir los pedidos de prueba, el Tribunal 1 definirá qué cantidad de testigos serán citados, quienes y lo demás que se discutirá durante el debate oral y público el cual aún no tiene fecha pero se estima que podría ser recién a partir del año próximo. Las especulaciones de las partes es que los testigos serán entre 150 y 200, y eso impacta directamente sobre la duración del juicio que se prevé sea presencial y en la localidad de Dolores donde tiene asiento el Tribunal Oral.
Mientras tanto, la defensa de los ocho rugbiers acusados pretende queden en libertad y ya recurrió a la Corte Suprema de Justicia en queja para obtener ese pedido. Según la defensa, a cada uno de los acusados no se les detalló la acusación al momento de ser indagados por los hechos que tuvieron como víctima a Báez Sosa.
Máximo Pablo Thomsen; Ciro Pertossi; Enzo Comelli; Matías Franco Benicelli; Blas Cinalli; Ayrton Michael Viollaz; Lucas Fidel Pertossi y Luciano Pertossi, según la acusación con la que fueron enviados a juicio, “acordaron darle muerte a Báez Sosa, para lo cual previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles comisivos con antelación a éste”.
El grupo de rugbiers había tenido un altercado con Fernando y sus amigos en el boliche “Le Brique”, donde la seguridad del lugar primero sacó a la víctima y luego a los ahora acusados. Estos últimos emprendieron a golpes a aquel grupo ya atacaron por la espalda brutalmente a Fernando, a quien le provocaron traumatismo de cráneo.
La acusación que pesa sobre los ocho rugbiers es de homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Fernando entonces de 18 años.