Los ahorristas que optaron por retirar sus depósitos en dólares deberán pagar el impuesto a los Bienes Personales, que pagan una alícuota que puede llegar hasta el 1,25% anual. La salida de depósitos en dólares se aceleró en las últimas semanas tras los falsos rumores sobre una pesificación, que fue descartada totalmente por las autoridades del Banco Central (BCRA) que aseguró que la liquidez en dólares en los bancos está en niveles récord.
El impuesto a los Bienes Personales obliga a tributar según el patrimonio de los contribuyentes al 31 de diciembre, con una alícuota máxima del 1,25% para depósitos locales y para los del exterior llega al 2,25%. El tributo no tiene actualización automática, ni en el mínimo las escalas y este año no fueron modificadas. Esto implica mayor presión impositiva, porque el valor de los bienes aumentó por la inflación, como sucede con los autos por ejemplo.
El contribuyente va subiendo en la escala del gravamen, que se paga en forma progresiva. A medida que aumenta su patrimonio en pesos, mayor será la alícuota a pagar, pasando de un mínimo de 0,5% hasta 1,25%. Retirar dinero del banco, tanto pesos como dólares, implica automáticamente perder la exención de Bienes Personales, aunque eso se determina por el patrimonio al 31 de diciembre. Si el ahorrista que retiro el dinero lo vuelve a depositar, entonces recupera la exención.
En el Congreso
El Senado dio media sanción al proyecto de ley que establece un aumento no imponible del impuesto, que eleva de $2 millones a $6 millones para el mínimo que puede ser gravado y resta que lo apruebe la cámara de Diputados.
Para los contribuyentes que tengan que pagar el impuesto incluyendo su tenencia de dólares físicos se aplica el tipo de cambio oficial, es decir apenas por encima de los 100 pesos por dólar por lo que termina pagando la mitad de pesos que correspondería.
El proyecto de Presupuesto 2022 también mantiene la alícuota diferencial más alta de Bienes Personales para tenencias en el exterior, que ya se aplica hace dos años. Los fondos depositados en el extranjero pagan una alícuota creciente que va del 0,7% al 2,25%, o sea hasta un punto más en relación a los bienes en Argentina, lo que significa que al traer esos fondos del exterior a una cuenta local quedarían automáticamente exentos del impuesto.