En Colón claramente la cabeza está en otro lado y perdió sin atenuantes el clásico. De todas maneras, trató de salir a ganarlo, pero se encontró en desventaja rápidamente y, como se dio durante casi todo el torneo, pocas veces tuvo capacidad de reacción. Entonces, con la meta de que no haga mella, el plantel cambió el chip y ya se puso el de la final por el Trofeo de Campeones del sábado ante River, en Santiago del Estero.
Días de mucha expectativa no solo en la gente sino también en el plantel y cuerpo técnico, que enfatizan en que se estuvieron preparando desde que arrancó el campeonato para esta cita. Quizás el foco inicial esté en lo anímico por lo que significó esta derrota ante Unión.
Será cuestión de ver si el DT dispone de algunos cambios. Más que nada, por los bajones pronunciados de nivel entre el partido con Atlético Tucumán y el último en el 15 de Abril. Por si fuera poco, delante estará el mejor equipo del país, por lo que será necesario hacer casi todo perfecto para tener aspiraciones.
Lo bueno del caso es que Domínguez tiene a todos a disposición. Incluso a Mauro Formica, que formó parte de los convocados pasados. Hubo aspectos donde se notaron falencias y por eso la idea es pulir todo para quedar listos para el viaje, que será el jueves por la tarde desde Sauce Viejo.
Es prematuro avizorar una probable formación, atendiendo a que todavía falta camino de laburo. Para el clásico, el conductor sabalero no dispuso de una práctica de fútbol formal, por lo que también será un tema a seguir de cerca ahora. Es de tomar estas decisiones para despistar un poco. Así arrancó una semana especial Colón, en busca de nueva estrella.