Las imágenes del Paraná seco son desoladoras. En algunos lugares corre algún hilo de agua, pero el escaso caudal muestra en la mayoría de su recorrido por nuestra zona un lecho sin agua y agrietado.
Pese al impacto de un paisaje al que los santafesinos no estamos acostumbrados, aseguran que no es un fenómeno inusual que se va modificando de acuerdo a los ciclos naturales de las crecientes y bajantes.
Por LT10 Gaspar Borra, asesor de gabinete del Ministerio de Medioambiente y Cambio Climático de Santa Fe, explicó que los pulsos del río tienen períodos de crecientes y bajantes que son extraordinarias como este que estamos atravesando, sobre todo cuando se extienden en el tiempo.
"Sin embargo, cuando uno mira las estadísticas no es un fenómeno excepcional aunque gran parte de nuestra generación no lo haya visto nunca", dijo el funcionario, quien agregó: "Son fenómenos naturales y la fauna ícticola está adaptada aunque esa adaptación signifique grandes mortandades de peces".
En tanto, sostuvo que hasta que el río Paraná no modifique su caudal la situación seguirá siendo la misma. "Lamentablemente ya el período está siendo extenso, y afecta no solamente a la fauna ictícola sino también a la actividad pesquera", señaló Borra.
El especialista aclaró que en la cuenca del Paraná no hay especies en peligro de extinción, pero sí indicó que la mortandad tendrá una negativa consecuencia económica.
Respecto a la situación hídrica no se esperan cambios por lo menos hasta que finalice el verano. "Las tendencias dan que el río seguirá en estos bajos niveles".