Desde que llegó a Santa Fe, para arrancar su segundo ciclo como entrenador de Colón, Julio César Falcioni insistió por la llegada de un delantero, ya que el equipo había quedado debilitado en esa parte como consecuencia de la partida del colombiano Wilson Morelo.
Fue así que los dirigentes avanzaron con todo para generar la llegada del uruguayo Sebastián Sosa Sánchez, quien luego de haberle dado la palabra a Colón cambió el rumbo y desembarcó en Vélez. En tanto que se hizo lo propio con el paraguayo Gabriel Ávalos, quien preferió quedarse en Argentinos Juniors.
Surgió entonces la chances de Ramón Ábila, que no tenía lugar en Boca, donde tenía contrato hasta el 31 de diciembre de este año. Wanchope estaba totalmente relegado de los planes de Sebastián Battaglia y enfrentado con la dirigencia por su gran amistad con Carlos Tevez.
Colón avanzó con una oferta por un préstamo, la que fue respondida con una contraoferta por el pase de Facundo Farías, la que fue rechazada. Los dirigentes sabaleros se instalaron en Buenos Aires, donde luego de reuniones con sus pares de Boca, acordaron la compra de Wanchope.
El miércoles, el cordobés trabajó por última vez con sus compañeros de Boca, donde se despidió de ellos, y luego de firmar los papeles de la rescisión de su contrato para convertirse en jugador sabalero.
Hubo rumores en las últimas horas de que la negociación podía llegar a frustrarse, pero finalmente se acercaron las partes entre las diferencias económicas que habían surgido y este jueves, a las 15.30, Wanchope estará en Santa Fe para someterse a la revisación médica y luego firmar su contrato.