Científicos estadounidenses detectaron 17 erupciones solares que brotan de una sola mancha solar, dos de las cuales se dirigieron directamente a la Tierra. Bautizaron a este fenómenos como “tormenta solar caníbal”. Esta masa de erupciones se precipitó hacia nuestro planeta a 3.027.599 kilómetros por hora, motivo por el cual hay una gran preocupación.
Cuando se estrelló contra el campo magnético de la Tierra el pasado 30 de marzo el resultado fue una poderosa tormenta geomagnética G3, según el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Las tormentas G3 se clasifican como fuertes tormentas geomagnéticas, lo que significa que la explosión solar podría llevar la aurora al sur de Pensilvania, Iowa y Oregón.
La mancha solar en cuestión, llamada AR2975, estuvo disparando destellos de partículas cargadas eléctricamente desde la sopa de plasma del Sol a partir del lunes 28 de marzo. Es preciso mencionar que estas manchas son áreas en la superficie del Sol donde los poderosos campos magnéticos, creados por el flujo de cargas eléctricas, se anudan en torceduras antes de romperse repentinamente. La liberación de energía resultante lanza ráfagas de radiación llamadas erupciones solares, o chorros explosivos de material solar llamados eyecciones de masa coronal.
La “tormenta solar caníbal” ocurre cuando las erupciones solares de rápido movimiento superan a las erupciones anteriores en la misma región del espacio, arrastrando partículas cargadas para formar un frente de onda gigante combinado que desencadena en una poderosa tormenta geomagnética.
Al llegar a la Tierra el campo magnético del planeta se comprime ligeramente por las ondas de partículas altamente energéticas, que ondean las líneas del campo magnético y agitan las moléculas en la atmósfera, liberando energía en forma de luz para crear auroras de colores en el cielo nocturno. En otras palabras, el cielo podría estar más iluminado de costumbre en algunos sectores.