Unión hará su estreno este martes en la Copa Sudamericana, cuando reciba a Junior de Barranquilla, en el marco del Grupo H, que también componen Fluminense y Oriente Petrolero. El árbitro del partido será el uruguayo Andrés Matonte.
A Matonte lo acompañarán sus compatriotas Nicolás Taran (asistente número uno), Andrés Nievas (asistente número dos) y Christian Ferreyra (cuarto hombre). La Copa Sudamericana solo tiene VAR de octavos de final en adelante.
Será la primera vez que Matonte oficie como juez central en un partido de Unión y también de Junior. Es un colegiado joven, a sus 33 años estará en el Mundial de Qatar 2022.
Corría el año 2008 cuando arrancó con el curso en la Escuela de Árbitros. Y las primeras prácticas le llamaron sumamente la atención. Lo mandaron a dirigir partidos de baby fúbol.
“Es más bravo que el fútbol profesional. No me tocó vivir ninguna situación especial pero es llamativa la intensidad con que se vive de parte de los padres y todo ese folclore bien o mal llamado, en entorno”, reveló en charla con Referí, Andrés Matone, el árbitro que la Conmebol proyecta a futuro según reveló Wilson Seneme, director de la Comisión de Árbitros del organismo sudamericano.
“Me sorprendió porque no conocía mucho el ambiente. Hay que ir vestido. Aparte, vas solo, en Aufi que es donde juegan los clubes afiliados a a la AUF íbamos una terna, pero en la Liga Palermo iba solo. De pronto algún cuadro que tenga cantina o baño te permitía cambiarte, de lo contrario vas con la mochilita y nada más”, reveló Matonte.
Aquel fue el bautismo. La primera prueba para saber si está habilitado.
De ahí, Matonte saltó a las divisiones formativas donde ejerció en las categorías Sub 14 y Sub 15.
Su generación contó con un regalo caído del cielo que le sirvió para curtirse. Como en la divisional C había un número impar de clubes, el que quedaba con fecha libre jugaba todas las fechas un amistoso y ahí designaban a los jueces que estaban en el curso, entre los que se encontraba Matonte.
El árbitro tiene que apelar a una especie de instinto de supervivencia para llegar. La carrera se forma superando obstáculos y dificultades. No resulta sencillo un domingo de mañana, en pleno invierno, arbitrar partidos de juveniles Sub 14 y Sub 15 y tener que salir todo embarrado rumbo a otra cancha para dirigir fútbol femenino, como le pasó a Matonte.
“Recuerdo aquel año 2011 las horas que pasaba los domingos dirigiendo partidos de juveniles. Era un sacrificio”, recordó en charla con Referí.
Matonte fue árbitro de la final de la edición pasada de la Copa Sudamericana, cuando Paranaense le ganó a Bragantino por 1-0, con el gol de Nickao, en Montevideo.
Cinco años después (2016) estaba en Segunda categoría y en 2017 lo subieron a Primera. Era tocar el cielo con las manos.
Su primer partido en la B fue un Progreso – Tacuarembó que no olvida. A fines de ese año le comunican el ascenso a Primera categoría a los efectos de comenzar a ejercer en 2017.