La iniciativa corresponde al concejal Guillermo Jerez, quien promueve las Mesas Barriales de Seguridad para ordenar el funcionamiento del Consejo de Seguridad de la Ciudad y la puesta en marcha del Observatorio Municipal de Seguridad.
El proyecto se acopla a las facultades en materia de seguridad que ya tiene el Municipio, proponiendo una visión de largo plazo de manera integral, democrática y participativa.
Las Mesas Barriales de Seguridad funcionarán en instancias territoriales, según la división geográfica de las seccionales de la Policía de la Provincia en la ciudad. Serán espacios de representación colectiva, a través de las instituciones públicas e intermedias de la zona.
Allí, representantes de asociaciones civiles, comerciantes, vecinales, instituciones educativas, de salud, comedores, organizaciones sociales, miembros del ejecutivo municipal, miembros de las fuerzas policiales de la sección -entre otras- se reunirán para elaborar informes con demandas y propuestas, que serán elevadas al Consejo Ejecutivo, quien deberá analizarlos y elaborar planes de acción específicos.
Son las y los vecinos de los distintos barrios de la ciudad, quienes se vuelven coparticipes de la gestión de la seguridad, donde se les asigna un espacio para plantear demandas y elaborar propuestas, en donde, además de construir consensos junto a los poderes públicos, responsables de garantizar dicho servicio, les puedan solicitar la rendición de cuentas tanto a comisarios como a funcionarios.
En último lugar: la implementación de un Observatorio Municipal de Seguridad, el cual fue creado años atrás por Ordenanza, pero nunca fue puesto en marcha. Su objetivo será analizar los datos en el marco del plan integral, de modo tal que se pueda conocer, analizar e identificar las problemáticas emergentes sobre violencias y delitos a partir de políticas sostenidas e integrales.
Un trabajo de años
Jerez detalló que este proyecto fue uno de los primeros que armaron cuando crearon el partido municipal Barrio 88, y fue parte de las promesas de campaña, por lo que vienen trabajando en esto hace tiempo, pero que para su implementación, el Municipio también le deberá prestar su importancia: “este programa debería convertirse en una política de Estado cuyo funcionamiento sostenido en el tiempo desarrolle las capacidades institucionales para empezar a dar algunas de las respuestas que la ciudadanía espera de la dirigencia política: que vivir con tranquilidad en nuestra ciudad, no sea una utopía”