Niños y adolescentes de la región de América latina perdieron por el cierre de escuelas en pandemia entre uno y 1,8 años de estudio, en promedio, y ello pone en riesgo la continuidad educativa y la inserción laboral en el futuro de los estudiantes, según estimaciones de la Unesco, Unicef y el Banco Mundial (BM) dadas a conocer hoy.
Asimismo dichas organizaciones de Naciones Unidas especializadas en educación, infancia y el Banco Mundial afirmaron que por esa “pérdida significativa de días de clases” derivó en una “crisis educativa sin precedentes en la región”.
Esto fue planteado en un encuentro regional en el que participaron online varios jefes de Estado, entre ellos Alberto Fernández.
“La pérdida significativa de aprendizaje durante el cierre de las escuelas por la pandemia de COVID-19 en América Latina y el Caribe está poniendo a millones de niños, niñas y adolescentes en riesgo de abandonar la escuela”, advirtieron dichas organizaciones en el denominado Dialogo Interamericano “Mi educación, nuestro futuro”.
Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago) aseguró que “la pérdida en los aprendizajes y en el bienestar que millones de niños y niñas y jóvenes sufrieron durante la pandemia pone en riesgo su futuro y su esperanza”.
Y acotó que “no hay tiempo que perder para poner en marcha todas las medidas necesarias para reparar este daño y así evitar que sus consecuencias se tornen permanentes o irreparables”.
Ariel Fiszbein, director del Programa de Educación del Diálogo Interamericano, señaló que “el cierre de las escuelas ha tenido consecuencias muy graves en las trayectorias educativas, el aprendizaje y el bienestar emocional de los estudiantes, y esto traerá efectos a largo plazo no solo en la educación, sino también en los niveles de productividad y el futuro laboral de los estudiantes”.
No obstante, reconoció que la pandemia ha producido importantes lecciones sobre cómo mejorar las prácticas de enseñanza y que hay oportunidades para aprovecharlas en el futuro.
Unesco también recomendó en las políticas educativas de los países de la región realizar con los docentes y alumnos “un trabajo intensivo en vocabulario e inferencias, que son habilidades claves para la comprensión lectora”, en relación a los bajos resultados en el estudio Erce, que tuvo lugar en 2019 para alumnos primarios.
Los mandatarios de Argentina, Chile, Ecuador y Honduras se unieron al encuentro organizado por UNESCO en el que expresaron su “firme apoyo a la educación, al tiempo que compartieron sus esfuerzos nacionales de recuperación del aprendizaje” e hicieron un llamamiento a otros líderes para que se unan a la causa.
“Los estudiantes de la región han vivido uno de los cierres de escuelas más prolongados e ininterrumpidos por efecto de la COVID-19 en el mundo, tras más de dos años de pandemia, no todos los estudiantes de América Latina y el Caribe regresaron a las aulas”, señalaron las organizaciones.
A pesar de los esfuerzos realizados por los países de la región, los niños, niñas y adolescentes que han vuelto a la escuela se han retrasado, en promedio, entre uno y 1,8 años, estimaron los expertos del Banco Mundial.
Carlos Jaramillo, vicepresidente del BM enfatizó por su parte que “la crisis educativa que afecta a la región no tiene precedentes” y advirtió que “si no actuamos ahora para recuperar las pérdidas de aprendizaje, toda una generación de niños, niñas y jóvenes será menos productiva en el futuro y tendrá menos oportunidades de progreso y bienestar”.
"Según nuestras estimaciones, los estudiantes de hoy podrían ver disminuir sus ingresos a lo largo de su vida hasta en un 12 por ciento; es el momento de actuar, de evitar estas pérdidas, de apoyar el futuro de la próxima generación", aseveró Jaramillo.