La pistola Bersa calibre 32 que se secuestró el jueves en la vereda del edificio de Cristina Kirchner tiene el ADN de Fernando Andrés Sabag Montiel, el hombre que gatilló a centímetros de la cara de la vicepresidenta, según confirmó una fuente oficial que trabaja de la investigación.
El material genético fue hallado en el gatillo, la corredera y la empuñadura del arma, añadió el informante. La pistola apareció en la vereda de Juncal y Uruguay después de que Sabag Montiel fue atrapado y retenido por un grupo de militantes que advirtieron el intento de disparo y que lo pusieron a disposición de la Policía Federal.
Sabag Montiel es brasileño, tiene 35 años y contaba con un antecedente por portación de armas no convencionales. Quedó detenido desde el jueves pasado en una alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, en Figueroa Alcorta y Cavia. Permanece alojado allí y se negó a declarar cuando fue indagado por la jueza federal María Eugenia Capuchetti, el viernes pasado, cuando la magistrada se presentó a tomarle declaración junto con el fiscal Carlos Rívolo.
Sabag Montiel le habría robado el arma a un amigo. No figura como legítimo usuario de armas de fuego en los registros de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC, la exRenar). Así lo informaro fuentes que participan de la investigación. El dueño original de la pistola falleció en 2021, era vecino de Sabag Montiel cuando el atacante de la vicepresidenta vivía en Terrada al 2300, en Villa del Parque. Él sí era legítimo usuario.
El peritaje hecho por la División Balística de la Policía Federal Argentina (PFA) determinó que el arma secuestrada era apta para el disparo, pero que no tenía un proyectil en la recámara. Esa definición de “apta para el disparo” es un término usado en los expedientes judiciales, ya que si un peritaje comprueba que un arma no estaba en condiciones de generar un daño, los abogados defensores solicitan atenuar la calificación del hecho.