El 17 de septiembre de 2019, Julio Cabal era asesinado en un intento de robo en el comercio familiar ubicado en calle Urquiza al 2.200. Pese al esfuerzo de los médicos del Cullen, un disparo en el pecho le ocasionó la muerte.
Dos días después, Maximiliano Olmos fue ultimado por delincuentes que le dispararon tres veces para robarle la moto en Pasaje Pasteur y Pasaje Larramendi cuando iba a buscar a su pareja a la salida del trabajo.
Ambas muertes conmocionaron a la ciudad, tanto por el corto lapso en el que se dieron como por la poca edad de las víctimas. Julio tenía 29 años y Maxi, 24.
A casi tres años de sus homicidios, la justicia santafesina lleva a los tribunales a los acusados.
Este lunes 12 de septiembre inició el juicio oral por el crimen de Julio Cabal. El acusado tiene 27 años, y sus iniciales son JCG. La Unidad Fiscal Especial de Homicidios de la Fiscalía Regional 1 representará al MPA en el juicio y adelantó que solicitará que el investigado sea condenado a prisión perpetua.
En tanto el juicio de Olmos comenzará el próximo 20 de septiembre, donde se juzgará a C.H.M. (19) y J.I.N. (24), quienes fueron detenidos en el marco de una causa por el robo de motocicletas en Santa Fe, y en la cual se los acusa de ser organizadores de la organización ilícita.
Inés y Azucena, involuntariamente se vieron unidas en esta lucha y pasaron a ser reconocidas como las “Madres del dolor”.
“Julio no está y no vuelve, lo que sea que pase ahora, ojalá la condena sea larga como se merece” dijo Inés Masino, mamá de Julio al Móvil de LT10 en la previa de la primera audiencia.
Además, pidió a la gente que se acuerde de las personas que no nos cuidan: “Pullaro no nos cuidó, y los que le siguieron tampoco”.
Azucena Ponce de León, mamá de Maxi, acompañó a Inés en esta instancia, y aseguran que también lo harán cuando comience el próximo juicio.
En diálogo con LT10, destacó que tanto ella como Inés están en la misma, "tenemos el mismo dolor y tenemos la misma incertidumbre".
"No me lo van a devolver, pero quiero justicia (...) lo que le hicieron a Maxi fue con una alevosía tremenda" sostuvo Azucena.
"Mi hijo era una persona de bien, no tenia problemas con nadie. Era un chico al que le gustaban las cosas sanas, salir a pescar con los amigos, estar en familia. Era un chico de la casa" agregó.
Por último, reafirmó que "cuando finalice este juicio, le pido a Dios que ilumine al juez que nos toque, porque perder un hijo es algo que no tiene vuelta atrás, pero quiero que paguen, quiero creer en la justicia, quiero creer que hay justicia", porque "después de lo que le pasó a Maxi, y todas las marchas y cosas que hicimos, no cambió nada, está todo igual. Salis a la calle y no sabés si vas a volver a tu casa, todos los días escuchas que roban, arrebatan".
"Cambiaron los ministros de Seguridad y estamos igual" concluyó.