El Día de la Lealtad es una de fecha histórica por excelencia en el calendario peronista. La manifestación que dio lugar a la liberación de Juan Domingo Perón en 1945 es celebrada en masivas movilizaciones que tratan de encolumnar a todos los sectores que forman parte del movimiento.
A poco menos de veinte días, desde el peronismo aún no da definiciones de la organización del acto que despierta tensiones. "La movilización del 17 de octubre es una movilización que organiza el PJ y se darán allí los acuerdos y los debates que para saber dónde tiene que llevarse adelante", se limitó a sostener la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti sobre el tema.
Noticias Argentinas consultó con una alta fuente del entorno de la vicepresidenta quien explicó que se trata de "un acto muy difícil" de organizar debido al contexto en el que se da, marcado por el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner, que la ubicó en el centro de atención.
Uno de los argumentos centrales que expuso fue que Alberto Fernández "quedaría muy chiquitito" en un acto junto a su vicepresidenta dado su peso político y la trascendencia específica de la ex mandataria que se intensificó en los últimos días. De esta forma, sin mucho más detalle, le bajó el pulgar al posible acto de unidad, con la formula presidencial en la celebración.
Además, explicó que a raíz de lo sucedido con Fernando Sabag Montiel, la ex mandataria no puede exponerse a eventos al aire libre que puedan poner en peligro su vida, y aunque reveló que se encuentra tranquila, confesó que su entorno manifiesta gran preocupación. Esto complica la coordinación del evento y genera dudas sobre la presencia de la titular del Senado.
Desde el PJ analizan trasladar el festejo del 17 de octubre en el interior del país, con el objetivo de reafirmar el federalismo y Tucumán parece tener los números como potencial sede. A pesar de los fuertes trascendidos, desde el entorno del jefe de Gabinete, Juan Manzur, gobernador con uso de licencia aún no tiene precisiones sobre el tema.
En un principio, la fecha resonaba entre las potenciales para movilizar en respaldo de la vicepresidenta tras el atentado a pocos metros de su casa, en Juncal y Uruguay. A un mes del suceso, y con algunas acciones ya coordinadas, el suceso continúa su causa por la vía judicial.
Al momento, ya hay sectores que, de antemano, rechazaron que la celebración no se haga en Buenos Aires y abogaron por una movilización que termine -como la historia lo indica- en Plaza de Mayo.
“El 17 de octubre el pueblo tiene que ir a Plaza de Mayo”, enfatizó Hugo Yasky, titular de la vertiente más kirchnerista de la CTA, en declaraciones radiales marcando su postura antagónica a la idea de federalizar la celebración.
En la misma línea, días después, el secretario de comunicación del gremio, Carlos Girotti ironizó ante la consulta sobre una celebración con sede en alguna provincia. "Y bueno, que les vaya bien en ese viaje", respondió y agregó: "No creo que nadie pueda tomarse un colectivo e ir a Tucumán a conmemorar el 17 de Octubre y menos en el marco de un intento de magnicidio contra la Vicepresidenta de la Nación, cuando hay sectores del conservadurismo y de la derecha local que realmente se sienten molestos con la democracia, que hasta dudan de la veracidad de este intento de magnicidio".
Sin detalles sobre el desarrollo del evento, el acto del 17 de octubre desnuda tensiones entre los actores que al momento parecían olvidadas, y el temor generado el día después de las crudas imágenes del intento de magnicidio contra Cristina Kirchner.